José Antonio Kast, el candidato del Partido Republicano que desafía el totalitarismo de izquierda y es uno de los favoritos a ganar las elecciones presidenciales este 21 de noviembre, se perfila como el líder que Chile necesita para enderezar el rumbo y destacar una vez más como un país de avanzada en la región.
Kast ha conseguido que la derecha chilena -que perdió su identidad política y adoptó los ideales de la izquierda y la socialdemocracia durante las dos últimas décadas- abrace de nuevo las ideas conservadoras, destacando su lucha contra el adoctrinamiento de género en las escuelas y su defensa de la familia y la vida del niño por nacer; asimismo, simboliza una vuelta al orden, paz y seguridad social, amenazadas por la izquierda y el separatismo mapuche, que ha devenido incluso en terrorismo.
“Uno de los puntos que más ha favorecido el crecimiento de Kast en las encuestas es su interés en resolver la problemática de la inmigración descontrolada. El único candidato que ha demostrado tener un interés por resolver esta crisis es el candidato del Partido Republicano.
En esta materia la narrativa de la izquierda no calza con el sentir del ciudadano promedio, preocupado por su seguridad. Kast sintoniza con la opinión de la ciudadanía de que la inmigración debe ser controlada.
Lo segundo ha sido el aumento de acciones terroristas en el sur de Chile, precisamente con la guerrilla que utiliza el indigenismo como herramienta. La fortaleza de la candidatura de Kast está en su promesa de poner orden.
Además, tenemos el desastre político del candidato oficialista Sebastián Sichel, que es la continuación de Piñera, que ha tenido una pésima campaña -solamente dedicada al centro político- y que terminó siendo sepultado como opción. El pésimo desempeño del candidato izquierdista Boric, y los escándalos alrededor de su campaña, también le han favorecido a Kast.
A estos elementos externos se suma el buen desempeño de Kast a nivel de debates, donde ha demostrado ser el candidato más calmado, más serio y que proyecta mayor confianza en la población. “Todo esto ha potenciado la candidatura del candidato conservador, a pesar de las opiniones de la prensa”, asegura Juan Cristóbal Demian, cientista político por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Para Demian, co-autor de los libros Nueva Derecha: Una Alternativa en Curso y Ruta Republicana, aun cuando Kast se perfila como uno de los favoritos a pasar a segunda vuelta -junto a Boric, con quien prácticamente empata en algunos sondeos-, deberá enfrentar un duro panorama social y cultural, pues buena parte de la sociedad chilena es proclive a la agenda progresista -género, LGTB, aborto-, y exige demandas económicas proteccionistas, en detrimento de las ideas conservadoras y de libertad económica.
“José Antonio Kast tiene el desafío de reconquistar a los chilenos en temas de libertad económica y de conservadurismo social, porque es ahí donde mayores críticas y reservas tiene una parte del electorado. El mayor fuerte de Kast es su seriedad y su impronta de orden y justicia. En algunas encuestas se evidencia un empate técnico entre Boric y Kast; en cuanto a la segunda vuelta, los resultados varían. A mi juicio, todavía cualquier candidato está en posición de generar alguna sorpresa, haciendo más confuso el escenario”, apunta el autor.
“Yo creo que José Antonio Kast tiene grandes chances de pasar a segunda vuelta, a menos que Sichel recupere y le quite votos, o Franco Parisi, que es también un candidato de centroderecha. Kast tiene la capacidad de pasar a segunda vuelta, pero ya en ella, el escenario es más complejo. En un país que ha virado tanto hacia la izquierda, y frente a la incertidumbre de lo que podría ser un eventual gobierno suyo, previendo lo que la izquierda podría hacer para desestabilizarlo, Kast atravesaría un escenario difícil en una segunda vuelta”, destaca también Demian.
“Si seguimos la lógica electoral de las últimas dos elecciones más importantes de Chile en los últimos tiempos, el plebiscito de 2020 y la elección de constituyentes y alcaldes en 2021, la izquierda dio una paliza, lo que hace prever que estadísticamente sea muy difícil para Kast ganar una segunda vuelta. Si llegase a ganar Kast, es porque los chilenos han elegido una opción de seguridad y de mano firme contra la delincuencia, la inmigración ilegal y el terrorismo. En primera vuelta, Kast es un candidato sólido, en segunda vuelta tiene demasiados obstáculos. Y si llegara a ganar la presidencia, la izquierda chilena moverá todas su cartas nacionales e internacionales por derrocarlo en corto plazo”, puntualiza.
“Lo único que podría frenar ello es que sus votantes se organicen, que la voluntad civil defienda su gobierno, porque las fuerzas de orden y seguridad no darían abasto en una insurrección. Es objetivo pensar que la izquierda chilena no permitirá que se dé un escenario donde Kast sea presidente, porque sería demasiado grave para ellos que se revierta lo que vienen trabajando desde 2019. No le darían tregua. Una victoria de Kast ayudaría, a largo plazo, a que en toda Latinoamérica se pueda ir sacando del poder a la izquierda”, advierte.
Kast y la ‘contrarrevolución’
La izquierda militante chilena es una de las más empoderadas de toda Latinoamérica, superando a sus pares en los países vecinos. Aunque campea prácticamente sin rival alguno desde hace muy poco tiempo, tampoco es que se trate de una fuerza política novedosa, pues históricamente ha sido más avezada que la derecha, y aprovechó la debilidad y pereza intelectual de esta para apoderarse de las aulas universitarias y la cultura, mientras la derecha se desconectaba de la realidad.
“La izquierda chilena ha podido llegar a este nivel de autosuficiencia y agresividad debido a la debilidad, cobardía y pereza intelectual de la derecha. Ha sido un proceso de larga data, desde finales del régimen militar o comienzos de la transición. Las universidades y la cultura en general quedaron en manos de la izquierda más militante. La derecha chilena adoptó la noción de despolitización heredada de Jaime Guzmán, y no supo contestar o dar una respuesta política adecuada a las propuestas más radicales de la izquierda”, opina a su vez Alejandro Tapia, historiador por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
“Yo diría que la derecha ha estado por décadas desconectada de la realidad, y no comprende las ideas que hoy son hegemónicas en la sociedad. Salvo honrosas excepciones, aún no logran calibrar que es lo que sucedió el 18 de octubre de 2019, adoptaron el relato del ‘estallido social’ sin discusión, lo que se tradujo en fortalecer las posturas de la extrema izquierda”, precisa el historiador.
Según Tapia, que Kast figure entre los favoritos para pasar a segunda vuelta este 21 de noviembre evidencia una “reacción contrarrevolucionaria” de parte de un sector de la sociedad chilena, que rechaza el proceso revolucionario que conduce la izquierda desde el violento estallido social de 2019.
“Hoy Chile se encuentra en medio de un proceso revolucionario, es por eso que estas elecciones presidenciales tienen una mayor relevancia. El que sea electo, jugará un rol sustantivo a la hora de resistir, moderar o validar lo que la Convención Constitucional, de mayoría de izquierda, pueda proponerle al país. Lo que, si es cierto, es que nos encontramos, al parecer, en medio de una tenue reacción contrarrevolucionaria, de ahí que se explique el masivo apoyo a José Antonio Kast en las últimas semanas. Existe un temor, no infundado, que un futuro gobierno de Gabriel Boric sea controlado por el Partido Comunista, el cual se encuentra totalmente identificado con las tesis octubristas de ruptura”, advierte el docente.
“Hasta el momento, la actual crisis no llega al punto de generar un escalamiento del conflicto, pero hay que estar atento, el clima está polarizado, y todo cambio constitucional puede desatar más violencia e inestabilidad política, gobierne quien gobierne”, agrega.