«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Fueron servidos por asistentes cuidadosamente enmascarados

La ‘nomenklatura’ izquierdista se divierte a rostro descubierto en la millonaria gala del MET

La diputada demócrata Alexandria Ocasio-Cortez (AOC). Twitter

Cada año más, la Gala del Museo Metropolitano de Nueva York (el MET) parece querer remedar el ‘look’ de la película ‘Los Juegos del Hambre’, con una élite extravagante hasta la locura completamente alejada del común. Lo que la diferencia de la obra de ficción, sin embargo, es que los invitados son en su abrumadora mayoría exquisitamente de izquierdas, y tienen la desfachatez de lucirlo.

Vienen a ser como la versión actualizada, 2.0, de Maria Antonieta jugando a ser pastorcita con vestidos por los que mataría cualquier pastora real. Fue el caso de la ‘podemita’ de allende el océano, la inefable diputada demócrata Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), que lucía un vestido blanco exclusivo de Brother Vellies con letras rojas en las que podía leerse: “Tax the rich” (pon impuestos a los ricos).

Es extraño que nadie en la velada se diera por aludido, porque si hay un sitio donde abundan los ricos y famosos por metro cuadrado es en la famosa gala anual, con un precio de entrada de 50.000 dólares (poco menos del salario medio anual en Estados Unidos).

AOC es una especie de parodia de la nueva izquierda radical. Su ‘legitimidad obrera’ se la da haber trabajado brevemente como camarera, no el haberse criado en una de las urbanizaciones más caras de Nueva York ni haber asistido a una de las universidades más exclusivas. Por supuesto, y a pesar de que la doble vacunada Ocasio-Cortez se había comprometido a llevar siempre en público mascarilla “por responsabilidad”, en esta ocasión lució su apreciada sonrisa sin impedimentos. Pocos asistentes, de hecho, llevaban mascarilla, que eso es para la plebe, salvo que la utilizasen como complemento ‘chic’ de su atuendo. Por eso quizá la foto más significativa de todo el evento fuera la de toda esta caprichosa nomenklatura progresista divirtiéndose a rostro descubierto, servidos por asistentes cuidadosamente enmascarados. Ese es, al fin, el futuro que están preparando a la humanidad, el de una clase ínfima que podrá hacer lo que quiera y una abrumadora mayoría que “no tendrá nada, pero será feliz”.

El de AOC no fue un caso aislado. Llamó igualmente la atención la también diputada demócrata Carolyn Maloney que se presentó con un indescriptible atuendo con largas tiras donde podía leerse “Derechos iguales para las mujeres”, porque parece que el hecho mismo de ser diputada y llevar en política al menos desde el 93 no le ha permitido advertir que eso que pide ya existe.

.
Fondo newsletter