En una batalla más dentro de la guerra entre Andrés Manuel López Obrador, presidente socialista de México, y la oposición, la Cámara de Diputados no logró reunir el quorum necesario para impulsar la votación por una revocación del mandato presidencial, por la que tanto lucha el tabasqueño. Que por cierto, representaría un costo de más de 4.000 millones de pesos, unos 173,913,043 euros, aproximadamente.
¿Por qué es tan importante para López y para su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que la gente pueda ser consultada sobre si debería renunciar en caso que la opinión de una mayoría no esté a su favor? Porque la consulta estaría enfocada en si debe irse, pero al mismo tiempo, en si debe quedarse en el gobierno.
Y esto ha sido visto por actores de la oposición como una trampa, ya que este tipo de consulta se haría ahora, pasadas las elecciones intermedias, pero con miras a hacerse de nuevo, y de una manera perfeccionada, en el 2024, cuando termina la administración de López Obrador.
Si esto sucediera conforme a ese plan visualizado por los “conservadores”, los eternos adversarios de Morena, se corre el riesgo de que la votación señalara que López ha gobernado muy bien y que por tanto que debe permanecer en su cargo. La pregunta que sería planteada en esa consulta sería de doble filo: preguntará a la ciudadanía si el presidente debería retirarse del cargo por su mal desempeño, o bien, permanecer en el mismo más tiempo, por su buen trabajo. Si esa consulta se repite en 2024, abre muy claramente la puerta para que López alargue su estancia en Palacio Nacional.
En no pocas ocasiones López Obrador ha dado a entender que aún por encima de las leyes escritas está la “voluntad del pueblo”, misma que podría expresarse en esa consulta. “De manera legal, sin violencia, se le va a preguntar a la gente en el primer trimestre del 2022: ‘¿Quieres que continúe o que renuncie el presidente?’, porque, repito, el pueblo pone y el pueblo quita», dijo López con claridad el 5 de octubre de 2020.
Y remató: “Por encima de la ley, está el pueblo, está la democracia. Yo voy a estar aquí mientras el pueblo me respalde”, reconoció. Traducción: sí hay algo que está por encima de la ley, de la Constitución, para él, y eso es la voluntad que exprese la gente en sus consultas. De ahí su insistencia en realizar consultas vinculantes.
La oposición teme este escenario: que López Obrador, socialista al fin, repita el esquema que usó en su momento Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, y Evo Morales en Bolivia, entre otros de su misma línea política, todos miembros del Foro de Sao Paolo y del Grupo de Puebla, y se vaya quedando en el gobierno, rebasando las leyes.
Todo aquel que se opone a la revocación del mandato, es calificado por López como “salinista”, es decir, como cercano a su supuesto archienemigo neoliberal, el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Lo dijo en el contexto de que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión puso aparte una convocatoria para un posible periodo extraordinario de sesiones, por segunda ocasión, en el que se habría de aprobar el dictamen de la nueva Ley Federal de Revocación de Mandato.
López espetó en su conferencia propagandística mañanera del viernes 20 de agosto: “Se unieron todos en contra. Creo que los que estaban a favor de que se convocara el periodo fueron 24 y 13 en contra. Esos 13 que ahí están, puro salinista y finísimas personas del antiguo régimen”.
Los números no le favorecieron a López. De 37 legisladores que asistieron a la sesión, 24 votaron a favor, pero hubo 13 en contra. Esto significa que no se logró la mayoría calificada de las dos terceras partes necesarias. Así, la propuesta tuvo que ser “desechada y archivada”, como lo dijo quien funge como presidente de la Mesa Directiva, el morenista Eduardo Ramírez.
Los presidentes de los principales partidos opositores, ofrecieron una conferencia de prensa y criticaron a López por empecinarse en querer realizar una consulta popular sobre la revocación de mandato, calificándola como un distractor o un espectáculo. Le dijeron que si quiere que se realice tal consulta, es preferible que renuncie.
El dirigente del PAN, Marko Cortés, señaló: “Ante el fracaso rotundo del gobierno, nos quieren llevar a un espectáculo más, a otro show, otro distractor, que además este va a costar casi 4 mil millones de pesos. En este país el único que quiere la revocación de mandato es el presidente López Obrador y Morena. Y si tanto quiere la revocación el Presidente, pues que renuncie, porque fue electo por seis años. Que se ponga a trabajar y a dar resultados, que es lo que no ha habido. Quiere la revocación para distraernos a todos, para confrontar a los mexicanos para hacernos pelear entre hermanos”.
La bancada de Morena seguirá buscando la aprobación de la Ley Federal de Revocación de Mandato, que establecería un reglamento para la reforma al artículo 35 de la Constitución, en su apartado 8, Fracción IX, misma que fue votada de forma favorable en noviembre de 2019, en el Congreso de la Unión.