Cuatro personas murieron —al menos una de ellas por disparos de la Policía— y 52 fueron detenidas, según dijo el jefe de policía de Washington DC , después de que supuestos partidarios del presidente Donald Trump irrumpieran en el Capitolio de Estados Unidos el miércoles para evitar que el Congreso ratificara la victoria electoral del presidente electo Joe Biden.
En una conferencia de prensa a altas horas de la noche, el jefe del Departamento de Policía Metropolitana, Robert J. Contee, dijo que 47 de las 52 detenciones hasta la fecha estaban relacionados con infracciones del toque de queda de las 6 pm que impuso la alcaldesa Muriel Bowser, y que 26 tenían que ver con personas arrestadas en terrenos del Capitolio de Estados Unidos.
Contee no quiso identificar a la mujer que murió tras recibir un disparo de un agente de la policía del Capitolio, y dijo que todavía estaba pendiente la notificación a sus familiares.
Otras tres personas también murieron debido a «emergencias médicas» (?), según Contee, y 14 policías resultaron heridos, dos de los cuales siguen hospitalizados.
Otros fueron arrestados por delitos relacionados con portar armas de fuego prohibidas o sin licencia.
Además, dijo Contee, se encontraron dos bombas de tubería en las sedes de los comités nacionales republicano y demócrata, así como un refrigerador de un vehículo en los terrenos del Capitolio que contenía cócteles molotov.
No está claro si otros organismos policiales federales o locales, incluida la Policía del Capitolio, han realizado más detenciones.
Bowser, la alcaldesa, dijo que la policía tiene la intención de pedir ayuda al público para identificar a los alborotadores, muchos de los cuales posaron para hacerse fotos dentro del Capitolio y pueden ser vistos en vídeos virales en las redes sociales sin mascarilla.
«Estaremos alerta», dijo. «Algunos de ellos, creemos… tienen que ser responsables de esta matanza.»
A última hora del miércoles, el FBI también pidió al público que enviara pistas, como imágenes, vídeos y otra información para ayudar a los agentes a identificar a las personas que estaban «instigando activamente la violencia».
Bowser también prorrogó una declaración de emergencia pública durante 15 días, una medida que, según dijo, le permitirá restringir los movimientos de la gente en la ciudad si es necesario.