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TRAS MENOS DE UN MES EN EL CARGO

La popularidad del comunista Castillo se desploma y la incertidumbre se impone en Perú

Presidente de Perú, Pedro Castillo
El presidente de Perú, Pedro Castillo. Europa Press

La popularidad del comunista Pedro Castillo se desploma a menos de un mes de haber jurado al cargo de presidente del Perú. Un informe de opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) señala que un 46% desaprueba su gestión, frente a un 38% que la aprueba y un 16% que no sabe ni opina.

De acuerdo al estudio, publicado este domingo por el diario La República, la aprobación de Castillo cayó 15 puntos porcentuales en un mes, respecto al estudio de IEP de julio que le dio un 53% de aprobación.

La desaprobación de Castillo se concentra especialmente en Lima -dónde vive un tercio de la población peruana-, con 61%, y en el norte del país -donde ganó con ventaja la candidata Keiko Fujimori-, con 43%. En tanto, el respaldo al mandatario se encuentra en el sur con 50% y en el centro del país andino -bastión de su partido, Perú Libre- con 47%.

Incertidumbre y desilusión

Además, 43% de los encuestados considera que al Perú le irá peor en el ámbito económico en los próximos 12 meses, frente a un 29% que cree que la economía mejorará y un 23% que estima que estará igual.

Sobre el Gobierno del exdocente y líder sindical izquierdista, un 33% siente esperanza en su gestión, un 27 % experimenta incertidumbre, un 14% miedo y un 8% desilusión.

El estudio de IEP revela también que un 52% preferiría que se sustituya a algunos ministros del gabinete liderado por el comunista Guido Bellido Bellido -imputado por presunto delito de apología al terrorismo y por lavado de dinero en la presunta financiación ilícita de su campaña- y un 27% prefiere que se reemplace a todo el equipo gubernamental.

“El presidente Castillo anunció la instalación de una Asamblea Constituyente plurinacional en su mensaje inaugural el 28 de julio, lo que se traduce en su voluntad por cambiar el modelo económico de libre mercado y el sistema republicano vigentes por una economía colectivizada y un régimen político que se opone a la democracia representativa. Este tipo de anuncios, sumada la designación del gabinete Bellido, cuestionado por sus simpatías con el maoísmo, provoca un pánico legítimo en los ciudadanos y las empresas, quienes, frente a estos anuncios y gestos del gobierno de Perú Libre, se refugian en el dólar para salvar sus propiedades y ahorros”, advierte Víctor Andrés Ponce, analista político y director del portal de opinión El Montonero.

Para Ponce, el deterioro de la economía peruana -debido en parte al alza del dólar y el incremento de los precios por la reactivación en la economía mundial, pero también por el miedo al discurso antisistema de Castillo y su camarilla que espanta las inversiones- y el aumento del descontento social pueden ser aprovechados por el gobierno de Perú Libre para acusar al empresariado -siguiendo el guion del chavismo- de sabotaje y así abrir el camino al control de precios y las regulaciones de mercados.

“El proyecto de Perú Libre necesita acabar con los mercados formales e informales; necesita destruir la inversión privada grande, mediana y pequeña para aumentar la pobreza y el descontento social. Así, el Estado colectivista, las expropiaciones y las estatizaciones, podrán aparecer como alternativas desesperadas frente a la crisis”, advierte.

No obstante, Ponce considera que la oposición tiene mejores oportunidades para enfrentarse al proyecto totalitario y empobrecedor de este gobierno alineado a las satrapías bolivarianas, porque Perú Libre ha planteado una agenda directa y frontal, que no oculta sus intenciones.

“A diferencia de lo que pasó en Bolivia y Venezuela, donde se aplicó la fábula de la ‘rana hervida’, que cuenta como a una rana se le pone en una olla con agua templada para no asustarla, y poco a poco se va elevando la temperatura hasta que queda aturdida y ya no puede salir de la olla y muere; en el Perú, por la composición del actual gobierno, que es una coalición de dos corrientes del comunismo bastante ortodoxas, la maoísta [vinculada al Movadef, grupo fachada de Sendero Luminoso] y la procubana o bolivariana [vinculada al partido Perú Libre], todo está avanzando de una manera frontal y directa. Los diálogos y las concesiones no se consideran. Al plantear una agenda frontal, provocan que una buena cantidad de peruanos que pertenecen a las clases medias tradicionales y emergentes, que no son estatistas, todo lo contrario, provienen de la economía de libre mercado, tanto formales como informales, tomen las calles y se manifiesten contra el comunismo. Existen enormes posibilidades de ganarle al proyecto totalitario. Los comunistas tienen el gobierno, pero no tienen el poder. No tienen a la sociedad, no tienen el respaldo de los medios de comunicación ni el respaldo institucional de las fuerzas armadas y policiales. Las concesiones que están dando, como aceptar la renuncia de Héctor Béjar a la Cancillería o mantener a Julio Velarde en el Banco Central, son concesiones para ganar tiempo, concesiones parciales para sobrevivir políticamente”, asegura.

Renuncias ministeriales

Castillo ha debido pedir la renuncia y reemplazar al canciller Héctor Béjar -sociólogo y exguerrillero vinculado a la dictadura castrista-, que generó la indignación de la Marina de Guerra al comentar que esta institución fue la responsable del inicio del terrorismo en el país.

“El terrorismo en el Perú lo inició la Marina y eso se puede demostrar históricamente y han sido entrenados para eso por la CIA”, dijo Béjar en una charla virtual con simpatizantes de izquierda.

A la renuncia de Béjar se suman también las de dos viceministros del Interior, Carlos Enrique León (Orden Interno) y Nicolás Zevallos (Seguridad Pública), quienes expresaron su rechazo a los recientes cambios dentro de la Policía Nacional del Perú (PNP), que «afectan la institucionalidad del sector». «Hemos tomado conocimiento de decisiones que no garantizan las condiciones necesarias para continuar y sostener la labor de fortalecimiento y modernización de nuestra Policía Nacional del Perú, así como la generación de confianza de la ciudadanía en el sector Interior», sostiene el texto de Zevallos que publicó en Twitter.

Por su parte, León criticó el intento de designar a la cabeza de la Dirección General del Gobierno del Interior a Grover Mamani, quien «no cumplía con el perfil requerido para el cargo» al carecer de un título profesional.

De acuerdo con el viceministro de Orden Interno, el nombramiento de Mamani sería «ilegal» e iría contra sus «principios, con el riesgo de una denuncia penal».

El viceministro de Promoción del Empleo y Capacitación Labora, Pedro Castilla Torres, también renunció al cargo a dos días de haber sido designado como tal, luego que fuera cuestionado por haber ejercido la defensa de un procesado por narcotráfico, Jorge Joaquín Allende La Fuente, uno de los principales acopiadores de droga en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), según información de Canal N. “Renuncio al cargo en aras de preservar la gobernabilidad del país y no dar excusas a la campaña desestabilizadora de quienes quieren ver fracasar al gobierno y, por ende, al Perú”, tuiteó Castilla.

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