Como protesta contra el aumento del precio del combustible, la Confederación de Nacionalidades Indígenas amenazó con paralizar a todo el Ecuador hasta lograr que el Ejecutivo congele las tarifas. Pero ahora ha anunciado que el paro estará en pausa durante el feriado del Día de los Fieles Difuntos.
Desde la sátira, el catedrático y escritor Andrés Ortiz Lemos llama a una reflexión histórica respecto a lo inusitado que es que un proceso que alega ser revolucionario se dé el lujo de tomarse unas vacaciones. Pues aunque el día de los Santos Difuntos es el 2 de noviembre, se extendió el feriado y el asueto incluirá también el lunes primero de mes y se suma el 3, día en que se celebra la independencia de Cuenca.
El Día de los Santos Difuntos, o Finados -como se conocía históricamente en Ecuador- es similar a la fiesta que se conmemora en México para honrar a los muertos, pero de forma menos colorida. Contrario a lo que promueve el indigenismo que enfrenta lo indígena con lo católico, la fiesta es testimonio del sincretismo e inculturación.
La fecha tiene origen católico y es en las comunidades indígenas donde se vive con mayor algarabía. Parte de las celebraciones incluye altares e incluso comer en los cementerios junto a los difuntos. Por eso, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, aclamó el respeto a las tradiciones de los pueblos y, por consiguiente, dio el visto bueno a poner en pausa las protestas.
Además, por motivo de una cumbre climática en Escocia, el presidente Guillermo Lasso se ausentará del país. Luego aprovechará su estancia en Europa para forjar alianzas. Entonces los reclamos por parte de agrupaciones indigenistas alrededor del palacio de gobierno no tendrán mucho sentido, pues el primer mandatario no estará allí.
Frente a esto, Iza destacó que hay indignación en contra del Gobierno Nacional, debido a que este ha optado por irse del país en medio de una paralización, para no escuchar el reclamo de los campesinos y transportistas.
Sin embargo, sí lo hizo. Congeló el precio de los combustibles, por lo que siguen siendo uno de los más baratos en la región. Pero no fue suficiente. Las agrupaciones sociales quieren que lo reduzca aún más.
Además, Iza le pidió al Presidente de la República respetar los 21 derechos colectivos. Eso incluye la justicia indígena que perjudicaría a personajes como Iza, pues todavía incluyen castigo corporal. Entre ellos el azote con ortiga.
Por eso y más es que la dirigencia indigenista se ha vuelto motivo de burla. El caricaturista Bonil, por ejemplo, que fue perseguido por el Gobierno mientras estuvo Rafael Correa en el poder, apeló a la sátira para destacar la contradicción de alegar que la vida está costosa y paralelamente irse de vacaciones.
Sumado a la falta de convocatoria, que no logró ni tomar la ciudad de Quito, la capital del país, tampoco logró respaldo total en el campo. El caso más destacado fue Guamote, en la provincia de Chimborazo. Allí la población indígena y campesina se rehusó a paralizar y se dedicó a trabajar.
Lasso prometió que su gobierno será del encuentro. Propuso el diálogo con la dirigencia indigenista y campesina, apenas vuelva al país. Iza anunció que aceptó el diálogo con el Gobierno, pero exige tres premisas claves: que sea en un lugar donde la gente escuche, que se garantice la seguridad y que se comuniquen al pueblo los acuerdos a los que se llegue.
“Porque luego de las reuniones dan rueda de prensa argumentando que llegaron a un acuerdo, cuando no lo hay. Para que eso no suceda, la palabra de uno y la de otro debe garantizarse el diálogo de manera pública y transparente”, exclamó.
Mientras tanto, el movimiento se ha visto mayormente descalificado por la población civil. Ya que el desempleo es la mayor preocupación, la paralización que impide el trabajo no representa a la clase obrera ecuatoriana. Al tomarse una vacación durante el feriado las agrupaciones indigenistas muestran una falsa de compromiso y coherencia, lo cual las deja muy mal frente a sus simpatizantes.