«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Peruanos rescatan el símbolo del imperio español

Las Aspas de Borgoña ondean en Lima durante las protestas contra el presunto fraude electoral izquierdista

A poco más de un mes de cumplirse doscientos años de haberse proclamado la independencia del Perú del Reino de España, las Aspas de Borgoña -símbolo histórico del imperio español- ondearon por las calles de Lima, la vieja “Ciudad de los Reyes”, en medio de las protestas ciudadanas contra el presunto fraude electoral que habría cometido la izquierda liderada por Pedro Castillo para adueñarse del país andino y así sumarlo a las tiranías castrochavistas de Cuba, Venezuela y sus aliados del Foro de Sao Paulo.

Bajo los colores rojo y blanco, semejantes a la actual bandera del Perú, miembros de la Sociedad “Patriotas del Perú” se presentaron en la marcha convocada este sábado 13 de junio en el Campo de Marte de Lima para exigir a las autoridades del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) resolver con transparencia los casos de impugnación de votos tras realizarse la segunda vuelta electoral el pasado domingo 6 de junio.

“Más allá de apoyar una candidatura en especial, el sentimiento común de los que participamos de la marcha del sábado era el rechazo a que el comunismo se apodere del Perú. Y estuvieron presentes muchos colectivos, desde católicos, evangélicos, libertarios, fujimoristas, ex militares que pelearon contra los terroristas comunistas de Sendero Luminoso y el MRTA [Movimiento Revolucionario Túpac Amaru]. Cada grupo tuvo sus banderas y los que les eran afines se pusieron bajo ellas. Nosotros, como movimiento político y cultural, alzamos las Aspas de Borgoña, que es también bandera histórica del Perú desde su fundación en 1542. Junto a ella, también lucimos la enseña de nuestra asociación, que integra el componente español, el componente indígena y también los símbolos peruanos actuales, las franjas de la bandera republicana, para exigir transparencia en el proceso electoral y expresar nuestro rechazo al comunismo. Quienes se identifican con el Aspa de Borgoña, nos acompañaron, y quienes no sabían qué significaba, se acercaron a preguntar qué era y les explicamos”, comenta Martín Barrueto, vicepresidente de la Sociedad Patriotas del Perú y de la Asociación Cultural Peruanista, presente durante las protestas del sábado

Y es que para sorpresa de liberales, libertarios y marxistas, “tribus políticas” con significativo impacto mediático, el hispanismo -pensamiento que reivindica el legado español y la fraternidad entre los pueblos de la Iberoesfera- tiene cada vez mayor aceptación entre los jóvenes de derecha conservadora, menos propensos a caer en la propaganda chauvinista que imparte la educación pública, y que tampoco se han dejado seducir por los tópicos de la “Patria Grande” y los “estados plurinacionales” que prometen los comunistas bolivarianos, continuadores de la revolución que deshizo los reinos españoles americanos en el siglo XIX.

“No es descabellado que en tiempos de crisis republicana como los que actualmente vivimos, el hispanismo obtenga acogida por parte de los pasionales espíritus juveniles, los cuales llegan a este pensamiento mediante las plataformas digitales que agilizan el intercambio de datos entre locutores académicos y políticos de las diversas partes que conforman la Iberoesfera, y la juventud ávida de cultura para enriquecer y darle un sentido a su llamado a la acción. Esta corriente ha obtenido muchos más adeptos que de costumbre como consecuencia de los últimos cinco años de crisis política que padece la región, también que son los mismos jóvenes los que están viendo y sufriendo las consecuencias del fracaso de los proyectos republicanos directamente con el deterioro de sus entornos de vivienda, sus bolsillos, calidad de vida, y el imparable crecimiento del crimen. Debido a que el Perú se encuentra en un período de incertidumbre electoral, en el que uno de los potenciales riesgos es caer bajo las garras de un régimen marxista leninista, muchos hispanistas han decidido salir a las calles a expresar su descontento ante lo que ellos consideran una amenaza no solo a sus ideas, sino también a cuestiones mucho más inmediatas como lo es la estabilidad de su patrimonio económico familiar”, asegura Luis Mauricio Málaga, comunicador y periodista peruano, autor del canal histórico El Pregonero en YouTube.

Para Málaga, el hispanismo se ha convertido en el ideal que empuja a muchos jóvenes a defender un Perú que trasciende el sistema y partidos políticos vigentes, y está conectado más bien a factores como la cultura, la fe y la familia, que resultan más importantes de defender frente a la amenaza del comunismo bolivariano, que a inmolarse por instituciones republicanas que han resultado una decepción como promesa de cambio y mejora sostenible.

“Negar la decadencia de nuestras repúblicas, que actualmente se autodestruyen en defensa de una democracia boba, es querer tapar el sol con un dedo. El bloque bolivariano supo ver más allá, y por eso desarrolló un plan internacionalista que está extendiéndose como una fiebre en la región. Si no hacemos lo mismo ante el innegable fracaso de las repúblicas hispanoamericanas, pronto tendremos a todo este gran y vasto territorio sometido al puño comunista”, advierte.

Luis Mauricio Málaga. Gaceta de Lima

Una bandera que nunca se fue

Para Antonio Moreno Ruiz, historiador por la Universidad de Sevilla y especialista en historia de América, la reaparición de las Aspas de Borgoña en Lima no le sorprende, pues se trata de una enseña histórica olvidada que recuerda que el Perú siempre fue un bastión leal a la hispanidad, un país crítico a los procesos revolucionarios que condujeron a las independencias y el establecimiento de las actuales repúblicas, y que debido al hartazgo social y la decadencia de las instituciones vigentes, se convierten en símbolo contestatario de quienes se oponen el caos y la incertidumbre que amenaza sus familias y tradiciones.

Antonio Moreno Ruiz. Archivo personal

“No debería sorprender la aparición de las Aspas de Borgoña en una manifestación de esta naturaleza en Lima, porque incluso existe la teoría de que la creación de la bandera peruana está inspirada en esos colores. Estamos hablando de la bandera que ondeo durante casi tres siglos de virreinato, y que reaparece en el contexto de un bicentenario republicano en el que mucha gente, sobre todo joven, se empieza a cuestionar sobre la historia oficial que le han contado y ha sido propaganda habitual los últimos dos siglos. Eso está pasando en buena parte del mundo hispánico, pero es especialmente visible en el Perú y en Colombia. Los colores de las Aspas de Borgoña son colores que nunca se han ido del Perú. Era lógico que en países que fueron críticos con los procesos de independencia, esta bandera se volviera a ondear. ¿Por qué aparece el Aspa de Borgoña en las protestas? Precisamente como un símbolo contestatario. Estas protestas son síntoma de un hartazgo social, y justamente se producen en una fecha muy simbólica, casi mística para los revolucionarios. Y para entender el significado de las Aspas de Borgoña en el Perú, habría que remontarse a los tiempos del Ejército Real del Perú, desde su creación por el virrey Abascal hasta la capitulación del Real Felipe en el Callao. Estamos hablando de un auténtico símbolo de resistencia, de que el Perú fue un bastión que fue liberado a la fuerza por tropas extranjeras”, opina.

De acuerdo a Moreno, el “relato idolátrico y monolítico” de las independencias americanas se ha visto perjudicado desde mediados de 2010, debido a que los proyectos políticos republicanos no han conseguido satisfacer a las grandes mayorías, descontentas con el desempeño de sus gobernantes, y a una crítica revisión histórica de los hechos que provocaron la unidad de la Iberosfera.

Asociación Cultural Hanaq Pachap en Lima

“Las seudo élites intelectuales y las oligarquías están nerviosas con la irrupción de estos viejos símbolos, y sobre todo con la aparición de individuos y colectivos que las ondean al viento orgullosamente, porque se les rompe el relato idolátrico y monolítico en una fecha emblemática como es el bicentenario. Puede que haya algo providencial con lo que estamos viviendo, pues lo que mal empieza, mal acaba, y no solo está pasando en el Perú, es algo a nivel de toda la Iberoesfera. El relato no se sostiene más. Las oligarquías que dominan el mundo hispánico desde mediados del siglo XIX nos han privado de nuestros símbolos y tradiciones, y hay muchos en ambos lados del Atlántico que quieren recuperarlas. Los proyectos políticos que no cuajan, sumada la crisis económica producida por la pandemia del covid-19, las afrentas del separatismo, que se puede apreciar tanto en España con los catalanes como en Argentina y Chile con el indigenismo mapuche; y por supuesto, la amenaza de los regímenes narco comunistas de tinte bolivariano, ha hecho que esos grupos que aparecieron en redes sociales, interesados en conocer más sobre la historia de los virreinatos americanos, pasen al terreno de la acción política, y esa acción empieza con querer recuperar los símbolos que nos borraron de nuestra historia. Los hispanoamericanos más jóvenes se preguntan por qué han querido borrar a España de su historia. En mi paso por el Perú, me di cuenta que eran los jóvenes los más interesados en recuperar ese pasado. La gente de sesenta o setenta años creció bajo la idolatría sanmartiniana y bolivariana, pero los jóvenes son los más críticos con lo que les cuentan sus profesores en la escuela y universidad, críticos con el discurso monolítico que ya no se sostiene materialmente”, asegura.

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