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Demócratas y republicanos buscan estrechar lazos con el país sudamericano

El vínculo de Lasso con el régimen chino pone a Ecuador en el punto de mira de la política estadounidense

Guillermo Lasso, presidente de Ecuador. Reuters

El mundo entero quedó paralizado por causa de un virus que brotó en China. El autoritarismo del régimen comunista impidió que los médicos alertaran sobre ello; les persiguió, silenció e incluso desapareció. Tras la propagación del coronavirus, la economía mundial se vio afectada. Ahora, en lugar de señalar a China, los países “en vías de desarrollo” acuden al gigante asiático para buscar no solo financiamiento sino vacunas para el mal que este diseminó.

Mientras delegaciones políticas de países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia boicotearon la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Beijing 2022 por los abusos de los derechos humanos por parte de China -en particular el genocidio que está cometiendo contra la minoría étnica-religiosa de los uigur- los presidentes de Argentina y Ecuador estuvieron presentes recientemente en territorio chino.

Washington hizo un llamado para boicotear los Juegos Olímpicos. No de privar a los deportistas de competir -tras años de preparación-, sino hacer un acto simbólico al no enviar diplomáticos. Todos los países de Iberoamérica respondieron al llamado, salvo estos dos países.  

Los Juegos Olímpicos resultan la oportunidad perfecta para que el régimen comunista esparza propaganda a su favor y dos presidentes de Hispanoamérica escucharon el llamado. Alberto Fernández incluso le dejó una ofrenda floral a Mao Zedong, a quien se le adjudica haber matado de hambre a más de 40 millones de personas durante la reforma agraria.

Asimismo, una publicación del Ministerio de Asuntos Exteriores de China anunció que «Guillermo Lasso dijo que le gustaría dar las gracias al presidente Xi Jinping por invitarlo a visitar China y asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, y extendió una vez más felicitaciones por el 100º de la fundación del Partido Comunista de China (PCCh)».

De acuerdo a miembros de su gabinete las declaraciones fueron protocolares. Vale decir que ambos líderes iberoamericanos, hasta ahora, han mantenido buenas relaciones con la administración de Joe Biden en los Estados Unidos. Cuando hay tensión entre las grandes potencias, mantener buena relación con ambas se denomina “no alineación activa”.

Ahora, volviendo a Ecuador, con una minoría a su favor en el poder legislativo, Lasso ha tenido problemas para despegar su agenda. De manera que aliados internacionales le podrían estar ayudando para sopesar su falta de presupuesto. Por eso quizá se explique que Lasso esté encaminando un tratado de libre comercio bilateral entre Quito y Pekín.

Según un análisis de Foreign Policy, una ventaja de tal acuerdo para Ecuador podría ser la diversificación de sus exportaciones totales lejos del dominio de un solo producto básico: el petróleo. Para Lasso un tratado con Beijing impulsaría las exportaciones de productos como el camarón (que ya es la principal exportación de Ecuador a China), las bananas y la fruta conocida como pitahaya en Ecuador.

Además, Lasso quiere renegociar la deuda de más de $ 4 mil millones de Ecuador con China, que actualmente incluye garantías de que algunos reembolsos se realizarán en petróleo. El presidente ecuatoriano aclaró que no se incurrirá en más deuda.

Muchos ciudadanos le llamaron la atención a Lasso por cómo, en el 2015, increpó al entonces gobierno socialista del correísmo por acudir a China, a pesar del poco beneficio económico que esto reportaba.

Dado el historial poco beneficioso que han sido los acuerdos con China, la comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional de Ecuador verificó los montos de pérdidas multimillonarias de la nación debido a contratos de intermediación petrolera con China a cambio de préstamos. “Actualmente alrededor de 5.000 millones de dólares es el saldo de la deuda que tenemos con el gigante asiático. Alrededor de 2.000 millones están vinculados a compromisos de petróleo”, explicó el viceministro de Economía, José Gabriel Castillo.

Durante el gobierno de Rafael Correa China le prestó a Ecuador alrededor de 18.170 millones de dólares al 7% de interés. A cambio, el país sudamericano debía entregar 1.365 millones de barriles de petróleo, a un valor menor al precio oficial. Es decir, a pérdida.

“China toma los contratos nuestros y les entrega a cuatro bancos europeos. Estos bancos revenden y renegocian nuestro petróleo a través de la compañía Gunvort. Se trata es una empresa vinculada a Putín”, explicó el legislador y periodista investigativo, Fernando Villavicencio, que preside la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional. A cambio del préstamo actual, Ecuador le ofrece a China la posibilidad de garantizar que sus propias empresas puedan participar plenamente en las subastas para construir infraestructura en Ecuador.

Senadores de EE.UU buscan alianzas con Lasso y que se distancie de China

No obstante, Washington ha tratado de bloquear tal expansión en el sector de telecomunicaciones de Ecuador, diciendo que las empresas chinas representan un riesgo para la seguridad.  A raíz de la visita de Lasso a China, un grupo de senadores estadounidenses presentó el lunes 7 de febrero un proyecto de ley para estrechar lazos con Ecuador y contrarrestar la «influencia extranjera maligna».

El proyecto de ley cuenta con respaldo de los dos grandes partidos, demócratas y republicanos. Ambos reconocen a Ecuador «como un aliado democrático clave cuyo crecimiento económico, resistencia democrática y capacidad para abordar desafíos de seguridad e influencia extranjera maligna son vitales para los intereses de Estados Unidos». Firma el presidente del comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, de origen cubano.

«En un momento en que los países de nuestra región están dando un giro radical hacia gobiernos anti-americanos, es esencial que redoblemos nuestros esfuerzos para apoyar a los aliados pro-estadounidenses en nuestro hemisferio», afirmó por su parte el republicano Marco Rubio (también de origen cubano).

Lasso fue visto como un símbolo de esperanza tras derrotar al socialismo del siglo XXI, mientras que los países vecinos se inclinaban a la izquierda. Los mercados se dispararon ante el panorama alentador. No obstante, ya en el poder, ha cedido terreno para lograr la gobernabilidad y eso al parecer le llevó a reforzar vínculos con China que, al menos en un principio, eran contrapuestos a todo lo que él supone representar.

Más adelante se verá cuál camino elige.

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