El injustamente olvidado escritor y periodista Wenceslao FernĆ”ndez Flórez propuso en su dĆa una genial solución a la irritante costumbre de cambiar el nombre de las calles con cada cambio de rĆ©gimen o sensibilidad polĆtica, pesadilla para taxistas, carteros y ciudadanĆa en general: aƱadir adjetivos. AsĆ, la Calle del Glorioso General PĆ©rez, tras una nueva revolución, pasarĆa a ser la Calle del Infame General PĆ©rez, y todos contentos.
FernĆ”ndez Flórez no podĆa imaginar en su tiempo el Ć©xito y la extensa aplicación que tendrĆa su revolucionario hallazgo. Hoy, cuando todo es quiĆ©n y nada es quĆ©, la misma cosa se presenta como una intolerable prueba de la mĆ”s cruel tiranĆa o como una humana y democrĆ”tica situación a una trĆ”gica necesidad, sin que a unos medios cómplices les cambie un mĆŗsculo de la cara.
O, a veces, la cosa en cuestión no se presenta en absoluto. AhĆ va un ejemplo: las ājaulasā en las que el malvado Trump encerraba a los pobres niƱos mexicanos que entraban ilegalmente en Estados Unidos, arrancĆ”ndolos de los brazos amantes de sus padres y parientes. La imagen era tan poderosa que muchos medios ofrecieron la foto a la indignación universal, olvidando el insignificante detalle de que se trataba de instantĆ”neas de la Ć©poca de Obama.
Lo mismo vimos con el Muro de Trump Que Nunca Existió -una idea iniciada y avanzada por la Administración Clinton-, ante el que la podemita americana Alexandria Ocasio-Cortez orquestó un lacrimógeno y lacrimoso posado. Se supo luego que no estaba en la valla, sino llorando, doblada por el dolor, ante un aparcamiento, pero eso es lo de menos.
Volvamos a las jaulas para niƱos, porque han vuelto, solo que ya nadie las llama jaulas -ahora son āinstalacionesā- y que no interesan al New York Times ni a la CNN, en el mismo sentido en que la pandemia ha dejado de diezmar a la población norteamericana.
Porque la actual administración retiene a los niƱos migrantes no acompaƱados en custodio de la policĆa fronteriza durante mĆ”s tiempo del que permite la ley, segĆŗn ha dicho el sindicato de este cuerpo, y mientras tanto los menores se custodian en las misma ājaulasā/instalaciones que durante la inmisericorde dictadura de Trump eran prueba de su indiferencia por el sufrimiento de la infancia forĆ”nea.
SegĆŗn cuenta al portal Breitbart el presidente del Consejo Nacional de PolicĆa de Frontera, Brandon Judd, los agentes retienen a mĆ”s de 800 menores inmigrantes no acompaƱados en custodia, y pese a que la ley obliga a entregarlos a otras agencias federales en un plazo mĆ”ximo de 72 horas, mĆ”s de 212 superan el lĆmite legal.
āHoy, [la secretaria de Prensa de la Casa Blanca] Jen Psaski ha dicho que la Administración no podĆa albergar a los niƱos en otras instalaciones debido a los protocolos contra el covid, incluyendo la distancia socialā, seƱala Judd. āLo que no dijo a los medios es que los niƱos en custodia [de la policĆa de frontera] viven en condiciones que hacen casi imposible la distancia socialā.
Y sigue Judd: āLa hipocresĆa de la izquierda y de los medios convencionales demuestra claramente que no les importan en absoluto los niƱos, que usaron como peones para atacar al presidente Trumpā. ĀæLes suena? En EspaƱa acabamos de ver un ejemplo igual de clamoroso cuando se habla de āinstrumentalizar a las vĆctimasā cuando Vox lee los nombres de los caĆdos bajo la violencia etarra, y de āhonrar su memoriaā cuando el partido del Gobierno y sus cómplices recitan los nombres de las vĆctimas de la violencia domĆ©stica.
En definitiva, Judd desmonta por completo el argumento del gobierno Biden: es absurdo alegar que no se transfieren los niƱos a las instalaciones previstas por miedo al covid, cuando las ājaulasā en las que estĆ”n ahora estĆ”n mucho menos preparadas para aplicar los protocolos contra la pandemia. Y, sĆ, son las mismas que durante la Administración Trump, cuando su sola existencia era una imborrable vergüenza que violaba los derechos humanos mĆ”s elementales.
Pero no se alarmen: ningún medio convencional va a arruinarles la digestión o turbarles la siesta con las imÔgenes de los niños en poses mÔs o menos dramÔticas. Esto es ya la Administración Biden, de donde solo salen buenas noticias o ninguna.