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LA HIPOCRESÍA DE LA IZQUIERDA

Los medios ocultan las ‘jaulas para niños’ del Gobierno de Biden

Fotografía de una 'jaula para niños bajo' la Administración de Barack Obama (2014) (Twitter)

El injustamente olvidado escritor y periodista Wenceslao Fernández Flórez propuso en su día una genial solución a la irritante costumbre de cambiar el nombre de las calles con cada cambio de régimen o sensibilidad política, pesadilla para taxistas, carteros y ciudadanía en general: añadir adjetivos. Así, la Calle del Glorioso General Pérez, tras una nueva revolución, pasaría a ser la Calle del Infame General Pérez, y todos contentos.

Fernández Flórez no podía imaginar en su tiempo el éxito y la extensa aplicación que tendría su revolucionario hallazgo. Hoy, cuando todo es quién y nada es qué, la misma cosa se presenta como una intolerable prueba de la más cruel tiranía o como una humana y democrática situación a una trágica necesidad, sin que a unos medios cómplices les cambie un músculo de la cara.

O, a veces, la cosa en cuestión no se presenta en absoluto. Ahí va un ejemplo: las ‘jaulas’ en las que el malvado Trump encerraba a los pobres niños mexicanos que entraban ilegalmente en Estados Unidos, arrancándolos de los brazos amantes de sus padres y parientes. La imagen era tan poderosa que muchos medios ofrecieron la foto a la indignación universal, olvidando el insignificante detalle de que se trataba de instantáneas de la época de Obama.

Lo mismo vimos con el Muro de Trump Que Nunca Existió -una idea iniciada y avanzada por la Administración Clinton-, ante el que la podemita americana Alexandria Ocasio-Cortez orquestó un lacrimógeno y lacrimoso posado. Se supo luego que no estaba en la valla, sino llorando, doblada por el dolor, ante un aparcamiento, pero eso es lo de menos.

Volvamos a las jaulas para niños, porque han vuelto, solo que ya nadie las llama jaulas -ahora son ‘instalaciones’- y que no interesan al New York Times ni a la CNN, en el mismo sentido en que la pandemia ha dejado de diezmar a la población norteamericana.

Porque la actual administración retiene a los niños migrantes no acompañados en custodio de la policía fronteriza durante más tiempo del que permite la ley, según ha dicho el sindicato de este cuerpo, y mientras tanto los menores se custodian en las misma ‘jaulas’/instalaciones que durante la inmisericorde dictadura de Trump eran prueba de su indiferencia por el sufrimiento de la infancia foránea.

Según cuenta al portal Breitbart el presidente del Consejo Nacional de Policía de Frontera, Brandon Judd, los agentes retienen a más de 800 menores inmigrantes no acompañados en custodia, y pese a que la ley obliga a entregarlos a otras agencias federales en un plazo máximo de 72 horas, más de 212 superan el límite legal.

“Hoy, [la secretaria de Prensa de la Casa Blanca] Jen Psaski ha dicho que la Administración no podía albergar a los niños en otras instalaciones debido a los protocolos contra el covid, incluyendo la distancia social”, señala Judd. “Lo que no dijo a los medios es que los niños en custodia [de la policía de frontera] viven en condiciones que hacen casi imposible la distancia social”.

Y sigue Judd: “La hipocresía de la izquierda y de los medios convencionales demuestra claramente que no les importan en absoluto los niños, que usaron como peones para atacar al presidente Trump”. ¿Les suena? En España acabamos de ver un ejemplo igual de clamoroso cuando se habla de “instrumentalizar a las víctimas” cuando Vox lee los nombres de los caídos bajo la violencia etarra, y de “honrar su memoria” cuando el partido del Gobierno y sus cómplices recitan los nombres de las víctimas de la violencia doméstica.

En definitiva, Judd desmonta por completo el argumento del gobierno Biden: es absurdo alegar que no se transfieren los niños a las instalaciones previstas por miedo al covid, cuando las ‘jaulas’ en las que están ahora están mucho menos preparadas para aplicar los protocolos contra la pandemia. Y, sí, son las mismas que durante la Administración Trump, cuando su sola existencia era una imborrable vergüenza que violaba los derechos humanos más elementales.

Pero no se alarmen: ningún medio convencional va a arruinarles la digestión o turbarles la siesta con las imágenes de los niños en poses más o menos dramáticas. Esto es ya la Administración Biden, de donde solo salen buenas noticias o ninguna.

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