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SU GABINETE INTENTÓ CONDENAR EL 'BLOQUEO' Y NO A LA DICTADURA

Lasso logra imponer una condena a la tiranía cubana pese a su gabinete izquierdista

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso

Frente al descontento de los cubanos que protestan contra el régimen comunista, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, hizo un llamamiento para que Cuba “inicie un proceso democrático”.

«Cuba merece ser libre, merece democracia», porque la «falta de libertades y derechos políticos constituye la auténtica causa de las penas que sufren sus ciudadanos», anunció Lasso en un comunicado titulado “Solidaridad con Cuba”.

Luego de 62 años bajo un sistema de partido único, el Partido Comunista, los cubanos dijeron basta. No es un simple reclamo para mejorar su condición de vida frente a la escasez agravada por la pandemia. Quieren libertad. El presidente del Ecuador, que fue elegido precisamente como alternativa al socialismo del siglo XXI (aliado al régimen comunista) se sumó a ese reclamo.

«Hago un llamado al Gobierno cubano para que se inicie un proceso democrático que ponga fin a esta situación», dijo en su perfil de Twitter.

«Me solidarizo con los ciudadanos cubanos que reclaman un mejor porvenir, donde reine la paz social y el respeto por los derechos humanos», exclamó Lasso.

Ha sido muy esperada la declaración del presidente, más luego de las palabras emitidas por Relaciones Exteriores.

Mediante la Cancillería, el Gobierno emitió un comunicado que evidencia cómo el “Ecuador del encuentro” de Guillermo Lasso se logró a través de pactos con la izquierda política y por ello tardó en condenar al régimen.

De hecho, el comunicado reconoce la existencia de un supuesto bloqueo. Cuando hasta Miguel Díaz Canel, dijo públicamente que levantaría restricciones. Es decir, no ingresaban suministros básicos a la isla porque el Gobierno de partido único no lo permitía.

Vale destacar que Díaz Canel usó la palabra “excepcional”, de esta manera el mismo líder del Partido Comunista deja en claro que ellos mismos impiden la entrada de productos.

Pero esta concesión del régimen no fue recibida por la oposición. Pues no quieren migajas sino libertad.

Aunque personal del Gobierno de Guillermo Lasso diga que el problema en la isla es el bloqueo y la pandemia, los cubanos viven en la miseria desde antes.

Por ejemplo, en Ecuador el sueldo mínimo es de $400 dólares, en Cuba es de $16. El Banco Mundial establece que la pobreza extrema es la que vivien quienes devengan menos de $1,90 dólares al día. Cuba está tan por debajo de ese margen que ni siquiera aparece en el índice. Ni siquiera los empleados públicos del régimen se libran de estar en la pobreza extrema, pues ganan $50 dólares al mes.

Si bien la Cancillería ecuatoriana destaca que el país es fiel a una historia de respeto a los Derechos Humanos, en ningún momento señala al régimen comunista que atenta contra los artículos de la Carta Interamericana de los Derechos Humanos.

Dice la Cancillería que respeta la libertad manifestación, pero ignora que dicha libertad no está consagrada en la constitución cubana de 2019, donde en el Artículo 3 el régimen establece que «los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución».

Dicho sistema está establecido en el Artículo 5:

«El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado», reza la Carta Magna comunista.

Por último, la Cancillería ecuatoriana hace un llamado al “restablecimiento de la paz social” ante un régimen que persigue sistemáticamente a sus opositores.

A diferencia del país vecino, Estados Unidos _donde los ciudadanos tienen garantizado en la segunda enmienda de la Constitución la posibilidad de formar una milicia en caso que el Gobierno abuse de su poder–, los cubanos fueron desarmados.

En enero del 1959, apenas una semana después de la toma de poder, Fidel Castro anunció: “¿Armas para qué?”. Con esas tres palabras desarmó a la población.

Aunque las reintegró en 1962 al formar grupos armados en medio de la crisis de los misiles desatada por las ojivas nucleares que la Unión Soviética dejó en Cuba. Al año las expropió nuevamente.

En dicho año, 1963, se instauró el servicio militar obligatorio (bajo la tutela del Che Guevara que internaba a homosexuales en Unidades Militares de Ayuda a la Producción, al considerarlos incapaces para la revolución). Entonces solo estaban armados los soldados al servicio del Estado desde los 17 años.

Pero ahora son tantos los manifestantes en las calles que el régimen incorporó a menores a las fuerzas de choque.

Jóvenes están siendo sustraídos de sus hogares, casa por casa, y enviados a otras provincias para reprimir a los manifestantes. De esta manera no conocen a los reprimidos ni pueden recibir ayuda de familiares y vecinos conocidos para escapar del servicio militar, que es penalizado.

El artículo 6 de la Constitución Cubana de 2019 establece que “la Unión de Jóvenes Comunistas, organización de la juventud cubana de avanzada, cuenta con el reconocimiento y el estímulo del Estado en su función primordial de promover la participación activa de las masas juveniles en las tareas de la edificación socialista y de preparar adecuadamente a los jóvenes como ciudadanos conscientes y capaces de asumir responsabilidades cada día mayores en beneficio de nuestra sociedad”.

Lo anterior constituye un atropello contra los menores de edad, tal como lo estipula el sitio oficial de la UNESCO:

Y las armas utilizadas para reprimir a los manifestantes también desmontan el bloqueo que acusa la Cancillería ecuatoriana, puesto que el gobierno del socialista Pedro Sánchez de España ha financiado una parte del armamento utilizado contra la población civil, algo que desmonta tanto el bloqueo como la posibilidad de volver a la paz social frente a un régimen que tiene el monopolio de la fuerza.

El Ecuador del Encuentro que ha promovido Guillermo Lasso logró que menos de un tercio de su gabinete sea de su misma línea ideológica, el 68% del gabinete de Lasso viene de fuera de sus ‘canteras’.

Las diferencias políticas e ideológicas con su círculo de gobierno logró la demora en su pronunciamiento, pero finalmente el presidente supo defender la libertad donde más hace falta.

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