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SUS NIVELES DE TESTOSTERONA SON CINCO VECES SUPERIORES A LOS DE UNA MUJER

Laurel Hubbard: un hombre durante 35 años y la primera haltera transexual en unos Juegos Olímpicos

La haltera neozelandesa, Laurel Hubbard. TWITTER

El Comité Olímpico de Nueva Zelanda ha publicado esta semana la lista de deportistas que participarán en los Juegos Olímpicos de Tokio en la que se encuentra la atleta de halterofilia, Laurel Hubbard, que se convertirá en la primera deportista transexual que competirá en unos Juegos Olímpicos en la categoría femenina.

La, ahora, mujer de 43 años, que será el cuarto levantador de pesas de mayor edad en unos Juegos Olímpicos, es considerada una auténtica candidata a la medalla en la categoría de peso superpesado femenino de más de 87 kg en Tokio.

Hasta el 2012, Laurel Hubbard se llamaba Gavin y era el hijo varón del exalcalde de Auckland City, Dick Hubbard. Hasta ese año, Gavin Hubbard había competido en halterofilia en la categoría de hombres.

El organismo olímpico neozelandés ha remarcado que Hubbard cumple con los criterios de elegibilidad tanto de la Federación Internacional de Halterofilia, el Comité Olímpico Internacional (COI) y de Nueva Zelanda, incluyendo los referidos al cambio de sexo. «Reconocemos que la identidad de género en el deporte es una cuestión muy sensible y compleja que requiere un equilibrio entre los derechos humanos y la equidad en el terreno de juego», ha indicado Kereyn Smith, director general del Comité Olímpico de Nueva Zelanda.

La decisión no ha estado exenta de polémica y son muchos los críticos que consideran que, por su origen biológico, contará con ventaja en la competición. De hecho, los resultados que empezó a cosechar desde que compite en la categoría femenina son mucho mejores que los que conseguía en la categoría masculina.

En 2017, logró la medalla de plata en los Mundiales de Anaheim. En 2018, se lesionó de gravedad de los Juegos de la Commonwealth, al romperse un brazo, pero lideraba la prueba hasta ese momento. En el 2019, consiguió la medalla de oro en los Juegos del Pacífico en Samoa y en el 2020 ganó la Copa del Mundo en Roma.

En Tokio 2020 será la primera deportista transexual que competirá en unos Juegos Olímpicos. En 2015, el COI publicó unas nuevas pautas que permiten a cualquier atleta transgénero competir como mujer siempre que sus niveles de testosterona estén por debajo de un límite marcado por el Comité y se mantengan así durante un año. El criterio determinante, y que cumple Hubbard, es una lectura máxima de 10 nanomoles por litro de testosterona, una cifra que, pese a ser la máxima permitida, es al menos cinco veces superior que el de una mujer biológica.

Hubbard, que vivió como hombre durante 35 años, pasó la pubertad como varón, un dato que la sociedad científica considera determinante en el desarrollo de la fuerza y la masa muscular de los individuos. «Artículos científicos aseguran que las personas que han pasado por la pubertad masculina conservan ventajas significativas, en poder y fuerza, incluso después de tomar medicamentos para suprimir sus niveles de testosterona», señala la Fox.

El medio estadounidense también se hace eco de los descubrimientos en la materia que, en 2020, realizaron los científicos Emma Hilton y Tommy Lundberg quienes certificaron que la ventaja del rendimiento masculino en el levantamiento de pesas era del 30% en comparación con las mujeres. Su investigación indicó que, incluso cuando las mujeres transgénero suprimieron la testosterona durante 12 meses, la pérdida de masa corporal magra, área muscular y fuerza fue solo de alrededor del 5%.

Quienes serán las posibles competidoras de la neozelandesa en los Juegos también han empezado a mostrar su descontento con su participación. Anna Vanbellinghe, de Bélgica, dijo que la presencia de Hubbard sería «como una broma de mal gusto» para sus compañeras.

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