«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
entrevista a su gerente, , Luis Martín Bogdanovich

La capital de Perú se engalana para la celebración de sus 500 años de fundación española a través de la obra de PROLIMA

Portal de la Plaza de Armas de Lima. PROLIMA

Lima, fundada con el nombre de “Ciudad de los Reyes” en 1535, fue durante casi tres siglos la capital del Virreinato del Perú, uno de los territorios más preciados por la Corona de Castilla debido a sus innumerables riquezas.

Ciudad blasonada y orgullosa, Lima fue, incluso antes de la fundación española, una posición estratégica en la costa central muy apreciada por los señores locales, que aprovecharon la riqueza del valle del río Rímac para ganar lealtades y pactar alianzas a través del dominio del recurso hídrico y la agricultura.

Lima, hogar del conquistador y gobernador del Perú, don Francisco Pizarro, y sucesivamente la residencia oficial de los virreyes y presidentes republicanos, ha sido y sigue siendo el corazón palpitante de un vasto país; y al día de hoy, habitan en ella un tercio de la población peruana.

Por su riqueza histórica, su centro fue inscrito en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco en 1991. Esto motivó a la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) a crear en 1994 el Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (PROLIMA), órgano que tiene como finalidad la conservación y restauración de los principales monumentos históricos y artísticos, así como recuperar las condiciones de habitabilidad de esta importante zona urbana.

Para conocer más sobre el plan maestro elaborado por la MML con visión al 2035, fecha en que Lima cumple 500 años de fundación española, conversamos con Luis Martín Bogdanovich, arquitecto, historiador del arte y gestor cultural, actualmente gerente de PROLIMA y coordinador general de la Red Peruana de Ciudades Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El Centro Histórico de Lima es Patrimonio de la Humanidad desde hace más de treinta años, no obstante, se ha deteriorado por descuido de sus autoridades y vecinos. ¿Cómo empezó la labor de PROLIMA?

El Centro Histórico de Lima es un espacio fundamental para entender al Perú e Hispanoamérica. Tiene una doble condición: por un lado, es Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972 y, por el otro, Patrimonio Mundial desde 1991. Con la finalidad de acompañar la recuperación de este centro histórico, la Municipalidad de Lima creó PROLIMA en 1994. Yo tengo el privilegio de presidir este órgano desde julio de 2016, y en diciembre de 2019, durante la gestión del alcalde Jorge Muñoz, el Consejo Metropolitano de Lima aprobó un plan maestro para recuperar este espacio de la ciudad con una visión al año 2035, cuando se celebren los 500 años de la fundación de Lima.

Y no solamente se aprobó un plan maestro, también un reglamento único de administración. Entonces, son dos instrumentos técnicos normativos que tienen como finalidad acompañar la recuperación, promover la recuperación de este espacio icónico de la ciudad de modo progresivo e ininterrumpido.

Evidentemente, resolver un problema de 80 años, porque podríamos situar el inicio del deterioro del Centro Histórico de Lima en la década del 40 del siglo pasado, no se puede solucionar ni en una, dos, ni siquiera tres gestiones municipales continuas. Menos aun si es que existe una falta de continuidad en la visión y en el ímpetu de las medidas que deben de tomarse, que no son solamente medidas de recuperación física del espacio, sino también la recuperación del alma del pueblo, del alma de la ciudad, y otras que pueden ser medidas de prohibición. Estamos hablando de un conjunto de acciones y estrategias que nos van a llevar a esta recuperación paulatina que permita revertir el deterioro de los últimos 80 años y llevar al Centro Histórico de Lima, no solamente al siglo XXI, también a recuperar todos los valores que la han hecho merecedora de esta doble condición, y todos los valores que ha perdido en los últimos cien años.

¿Cómo lo vamos a hacer? A través de la implementación del Plan Maestro del Centro Histórico de Lima y de su Reglamento Único de Administración, aprobados mediante ordenanzas municipales y elevado a rango de ley, a través de la ley 31184 que declara de interés nacional la recuperación del Centro Histórico de Lima, sus monumentos, sus ambientes urbano-monumentales, sus inmuebles de valor monumental, en el marco de la implementación del plan maestro.

¿A qué se refiere con recuperar el “alma” de Lima?

Una ciudad no es un sitio arqueológico, es un espacio vivo. Por lo tanto, cada ciudad tiene un conjunto de manifestaciones culturales, tradiciones, costumbres y usos que se han ido decantando a lo largo de los siglos, y que le han dado personalidad, tono y esencia. Podemos citar, por ejemplo, la procesión del Señor de los Milagros, festividad que tiñe a Lima de morado el mes de octubre. Estas manifestaciones culturales, inmateriales, es decir, el alma de los pueblos, son también parte de la recuperación de un patrimonio. Cuando hablamos de recuperar un centro histórico, no solo hablamos de recuperar espacios físicos, como casonas, plazas, iglesias y conventos, también buscamos recuperar esta alma, como se siente y manifiesta esta ciudad.

Luis Martín Bogdanovich, gerente de PROLIMA

Según el plan maestro de recuperación del centro histórico, este tendrá una duración hasta el 2035, coincidiendo con los cinco siglos de fundación española. ¿Cuántas etapas tienen ustedes identificadas, en qué consiste cada una y a qué se apunta?

El Plan Maestro tiene cuatro ejes estratégicos. El primero tiene que ver con la recuperación de un paisaje urbano histórico en donde se resalten los valores asociados a este paisaje y el valor universal excepcional del Centro Histórico. Un paisaje urbano histórico es un conjunto de inmuebles y espacios públicos combinados con un paisaje natural, que en el caso de Lima es el Cerro San Cristóbal y el río Rímac; pero también con todas estas manifestaciones inmateriales que he explicado previamente.

El segundo eje estratégico tiene que ver con la promoción de la vivienda y de la movilidad urbana sostenible, hacer que el Centro Histórico de Lima sea habitable nuevamente, sea un espacio vivo, sea un espacio peatonal. Este eje estratégico tiene que ver con proyectos de inversión pública y privada, pero que se hagan de acuerdo al marco del eje estratégico primero, es decir, vamos a hacer calles peatonales, vamos a hacer viviendas y nuevos proyectos alineados dentro de la recuperación paisaje. Si vamos a pintar una casa, lo haremos con los colores que usaron en el siglo que fue construida, si vamos a sembrar un árbol, será el que estuvo originalmente sembrado en esa plaza. Eso es recuperar un centro histórico, recuperar esa memoria. Si Chabuca Granda, cuando vivía en la plazuela Santo Domingo, les cantaba a los jacarandás, tendremos que sembrar jacarandás y no otro tipo de árbol. Estos dos primeros ejes van de la mano.

El tercer eje tiene que ver con la definición del rol del Centro Histórico dentro de Lima Metropolitana, es decir, cuál es la vocación de este espacio. Hoy en día, el centro es un popurrí. Definir este rol redunda en la generación de riqueza y atracción del turismo, alimentándose, claro está, de los ejes previos. Porque no podemos convertir al Centro Histórico en un lugar atractivo para la inversión y el turismo si tenemos calles contaminadas, casas que se están cayendo y todo un caos. Necesitamos recuperar Lima y devolverle la prestancia que nunca debió perder.

Finalmente, el cuatro eje tiene que ver con el establecimiento de una normativa que nos permita llevar a cabo todo lo que estoy describiendo; esto quiere decir, el Reglamento Único de Administración del Centro Histórico de Lima, documento que ya está aprobado y que resuelve muchos de los escollos que antes teníamos y que impidieron a PROLIMA y a la municipalidad gestionar correctamente este espacio. Evidentemente, este cuarto eje pasa también por el fortalecimiento de las instituciones y la generación de un marco normativo nacional que nos permita avanzar de manera más eficiente en la recuperación del centro histórico.

¿Cuáles son las principales obras que puede destacar de esta primera etapa?

La recuperación y peatonalización de 41 cuadras del Centro Histórico de Lima con los materiales originales que fueron utilizados al pavimentarse estas vías en el siglo XIX, con adoquines de granito. Yo no entiendo cómo en el pasado se pavimentaban calles peatonales en el centro histórico con adoquines de concreto, o como pudieron ponerle pisos de mayólicas al Jirón de la Unión en el año 1983.

Podría sumar la recuperación de fachadas de iglesias. Las iglesias son los elementos más destacados de toda ciudad occidental, estamos hablando de edificios que destacan por su belleza arquitectónica y artística. Hemos recuperado las fachadas de la iglesia de Copacabana en el Rímac, la iglesia de la Recoleta en la plaza Francia y el Santuario de Santa Rosa. Este 2022 planeamos concluir la intervención en la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, en la plazuela de San Francisco, iniciar y concluir las fachadas de la iglesia de las Descalzas de San José en plaza Italia y de Santo Domingo en la plaza del mismo nombre.

Adicionalmente, estamos recuperando tres espacios públicos, que son la plazuela de San Francisco, la plazuela del Teatro y la plazuela de Santo Domingo, y ya hemos concluido la recuperación de una cuarta plaza, la plaza Francia de la Recoleta, que queda como un botón de muestra de lo que debe ser la recuperación del paisaje urbano histórico. Además, otro de los hitos que puedo destacar en este plan es la creación del Equipo de Arqueología de Lima, que tiene a la fecha cinco proyectos de investigación arqueológica.

Otras ciudades del Perú con centros históricos de relevancia, como Arequipa, Cusco, Trujillo o Ayacucho, ven amenazadas su patrimonio debido al descuido de las autoridades ediles, la indiferencia de sus vecinos y la ambición de los traficantes de terrenos. ¿Cómo podría replicarse el ejemplo de PROLIMA en estas localidades?

La planificación es fundamental. Y tener un órgano de gestión, que en este caso es PROLIMA. Y, por supuesto, la voluntad política, porque sin esta no hay nada. La voluntad política permite el despegue y los cimientos de este plan, sobre el cual se puede construir. Una vez que se dan estos cimientos, es mucho más difícil que incluso esta misma voluntad política, por vaivenes electorales y de orientación ideológica, deshaga estos pasos ya dados.

Yo aconsejaría a los gobiernos locales, sobre todo aquellos que tienen zonas monumentales, que tenga un órgano de gestión, que sigan el modelo de PROLIMA, que tengan un plan maestro y un reglamento único de administración, y que doten a estos organismos de gestión todas las competencias necesarias para poder llevar a cabo la tarea encomendada. Yo invito a las personas a que sean parte de la recuperación del Centro Histórico de Lima, no podemos esperar a que sean solamente las autoridades municipales o del Ministerio de Cultura los responsables de su recuperación y conservación. Recuperar y conservar un patrimonio cultural es tarea de todos. El Centro Histórico de Lima nos representa y pertenece a todos, y tenemos que hacernos responsables de la recuperación del mismo.

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