Siempre devoto de usar sus conferencias de las mañanas para dividir y enfrentar a sectores de la población, ahora Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la emprende contra la institución educativa pública más importante y grande de México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Todo ello porque en su criterio no es lo suficientemente de “izquierda”, como debería ser.
Este jueves 21 de octubre dijo en su tribuna propagandística de cada mañana que la UNAM se transformó en una casa «individualista y defensora de proyectos neoliberales». Cabe recordar que para López Obrador las palabras “neoliberal” o “conservador” no tienen fondo filosófico ni económico, sino que deben ser consideradas como sinónimos de insultos, de corrupción, de saqueo, de hipocresía, de mala fe, y de egoísmo.
La universidad “perdió su esencia de formación de cuadros de profesionales para servir al pueblo. Ya no hay los economistas de antes, los sociólogos, politólogos, abogados; ya no hay derecho constitucional, el derecho agrario es historia, y el derecho laboral. Todo es mercantil, civil, penal”, dijo haciendo señas de dinero con la mano.
Y si eso fue el jueves 21, el viernes 22 el tabasqueño volvió a la carga:
“Se requiere una sacudida y es una gran universidad pero no estuvieron a la altura de las circunstancias. La crítica al neoliberalismo no surgió de la UNAM. De todas las atrocidades que se cometieron en la época neoliberal, del saqueo más grande”, señaló López.
Por supuesto, las críticas no se hicieron esperar contra el presidente socialista. Cargaron contra él ex funcionarios universitarios, así como académicos de izquierda y de derecha que no opinan como él.
La diputada por Acción Nacional, América Rangel, de la Ciudad de México, tuiteó con ironía:
“Soy una orgullosa neoliberal egresada de la @UNAM_MX que está a favor del libre mercado y de un gobierno pequeño y limitado que garantice la vida, la libertad y la propiedad privada”.
Mario Fernández, brillante abogado conservador, y uno de los líderes del grupo “Sublevados”, posteó:
“Soy orgulloso egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM, cuyas grandes virtudes son la libertad de cátedra, la libertad de pensamiento y la libertad de expresión. En ese sentido, la UNAM es casa de las libertades, aunque le pese al Presidente López”.
Ante las críticas, López insistió en su postura. “No es sólo la UNAM. Todas las universidades fueron sometidas por el pensamiento neoliberal, todas. Es lamentable que la UNAM se haya derechizado como sucedió en los últimos tiempos”, soltó. “Pero bueno, ¿dónde están los economistas de la UNAM que defienden un modelo alternativo al neoliberal? Se quedaron callados, los silenciaron”, consideró.
“Muchísimos académicos, intelectuales de la UNAM se dedicaron a legitimar la privatización”, dijo López Obrador. “Salinas los cooptó a casi todos, siempre voy a decir, que hay honrosas excepciones: el movimiento de los jóvenes, del 2012 “YoSoy#132” ¿dónde surge? En la Ibero, ¿y donde estaba la UNAM? ¿Quién era rector entonces? Narro”, criticó en una lógica según la cual pareciera obligatorio ser de izquierda en todo aquel que estudie o dé clases en la UNAM.
Sin embargo, el ex rector aludido, José Narro, no se quedó callado y respondió a López, diciendo que en el tiempo que estuvo al frente de esa casa de estudios, nunca hizo proselitismo alguno.
Tampoco se quedó callado Raúl Contreras Bustamante, director de la Facultad de Derecho de la UNAM, quien expresó que AMLO tiene información equivocada sobre la UNAM, ya que es imposible ser “neoliberal” en una universidad donde la mayoría del cuerpo estudiantil proviene de familias de escasos recursos.
Marco Levario Turcott, director de la revista Etcétera, tuiteó una interesante síntesis de esta polémica:
“AMLO es, esencialmente, un hombre ignorante. Por eso habla de la UNAM sin conocerla:
1. En los procesos de enseñanza aprendizaje, la UNAM alienta la diversidad, diluye el pensamiento único.
2. De la UNAM surgen sujetos libres y preparados en todas las disciplinas.
3. La recreación del conocimiento es, sobre todo, un compromiso individual.
4. El presidente atenta contra la autonomía.
5. El silencio de muchos universitarios que están vergonzoso. Juan Ramón de la Fuente, Claudia Sheinbaum y (el fósil) Martí Batres, entre muchos otros.
6. El tirano detesta el conocimiento por eso lo ataca desde la ignorancia. Él mismo representa uno de los retos de la ciencia: acabar con el fanatismo.