Con información de Reuters
México se ha comprometido a arrestar a un líder de un poderoso cártel del narcotráfico en virtud de un acuerdo con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, para retirar los cargos de tráfico de drogas contra un ex secretario de Defensa mexicano, dijo a Reuters una fuente de alto nivel del gobierno mexicano.
Estados Unidos abandonó el caso contra el general retirado Salvador Cienfuegos esta semana citando consideraciones de política exterior «sensibles e importantes» que superaron el interés en perseguir los cargos.
«México se comprometió a colaborar con Estados Unidos en la captura de un objetivo primordial», dijo la fuente, quien solicitó el anonimato por no estar autorizada a declarar sobre el tema, antes de agregar que el delincuente ha traficado grandes cantidades de fentanilo a Estados Unidos.
Daniel Millán, portavoz del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo a Reuters que «lo que acordamos fue mantener un frente unido contra el crimen y la cooperación que respete la soberanía de cada país». Agregó que no tenía información de un acuerdo sobre una captura de alto nivel.
Un portavoz del Departamento de Justicia de Estados Unidos se negó a comentar y remitió a Reuters a declaraciones anteriores que decían que el caso contra Cienfuegos fue desestimado en una señal de confianza en la justicia mexicana y debido a consideraciones diplomáticas.
El gobierno mexicano no ha aclarado cómo surgió el plan para traer de vuelta a Cienfuegos a México, ni cuándo solicitó su regreso.
La fuente, junto con otro funcionario de alto nivel del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, dijeron que Barr propuso primero retirar los cargos contra Cienfuegos en una llamada con Ebrard a principios de noviembre.
Reuters informó a principios de este mes que Barr habló con Ebrard para tratar de reducir las tensiones por el arresto. Ebrard confirmó esta semana dos llamadas con Barr, una en octubre y otra el 6 de noviembre.
«Las propuestas (…) son del fiscal general Barr durante una llamada de noviembre», sostuvo la primera fuente.
Millán dijo que México solicitó que se retiren los cargos en Estados Unidos contra Cienfuegos, pero no pudo confirmar cuándo o si la solicitud ocurrió antes de la llamada del 6 de noviembre. Un portavoz del Departamento de Justicia no pudo comentar sobre las conversaciones.
Uno de los funcionarios, junto con otra fuente del Gobierno, aseguraron que la administración de López Obrador pudo haber planteado trasladar la investigación de Cienfuegos a México antes de que Barr lo sugiriera en la llamada. No quedó claro de inmediato a través de qué canales se habría hecho la solicitud.
Otras tres fuentes gubernamentales mexicanas dijeron que México solicitó que Cienfuegos fuera devuelto para enfrentar la justicia en su país. No especificaron cuándo se hizo la solicitud.
Estados Unidos llevó a Cienfuegos de regreso a México el miércoles, luego de que una jueza de distrito retirara los cargos en su contra a pedido de Barr. Según el acuerdo, ahora será investigado en México.
La decisión de liberar al exfuncionario de Defensa mexicano de mayor rango jamás acusado en Estados Unidos de colusión con un cártel provocó conmoción en la comunidad policial estadounidense y provocó la ira de los exagentes de la Administración de Control de Drogas (DEA).
El arresto de Cienfuegos en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles en octubre fue el resultado de una investigación de varios años que utilizó escuchas telefónicas para rastrear a una figura militar apodada «El Padrino» por traficantes de una facción del cártel de los hermanos Beltrán-Leyva.
Los investigadores concluyeron que «El Padrino» era Cienfuegos y que había ayudado al cártel a mover toneladas de narcóticos. El militar se ha declarado inocente de los cargos.
El gobierno mexicano, enojado por no haber sido advertido sobre la investigación, elogió el regreso de Cienfuegos como un logro diplomático y una victoria para la soberanía de la nación.
Ebrard y López Obrador han negado especulaciones de que la decisión de regresarlo estuviera vinculada a la negativa del mandatario de reconocer hasta ahora a Joe Biden como ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, una medida que López Obrador ha dicho era «políticamente prudente».
Ni la oficina de López Obrador ni la DEA respondieron a una solicitud de comentarios de inmediato.
Interés más amplio
El año pasado, tras la condena en Estados Unidos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, el líder más conocido del Cártel de Sinaloa, la atención se ha volcado hacia su rival Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) encabezado por Nemesio «El Mencho» Oseguera, por el que la DEA ofrece 10 millones de dólares de recompensa.
El Cártel de Sinaloa es dirigido por Ismael «El Mayo» Zambada y los hijos de Guzmán vienen tomando un papel cada vez más preponderante.
La DEA ha señalado a ambos cárteles como dos de los principales responsables del tráfico de fentanilo a Estados Unidos.
El fentanilo es un poderoso opioide sintético que a menudo se mezcla en el mercado negro con heroína o analgésicos farmacéuticos de dudosa procedencia. Es la principal causa de muertes por sobredosis en Estados Unidos.
No estaba claro por qué Barr optaría por renunciar a un caso tan importante. México ha trabajado anteriormente en estrecha colaboración con Estados Unidos para perseguir a los principales capos de la droga, aunque con López Obrador la estrategia de seguridad se ha enfocado en reducir las tasas de homicidios.
Un funcionario mexicano dijo que no se podía considerar que la captura de un capo fuera un requisito vinculante dado que tales capturas dependen más de la buena voluntad del Gobierno, incluida la suerte y el trabajo de inteligencia a largo plazo.
Sin embargo, la DEA ha dicho durante mucho tiempo que México podría hacer más para atrapar a los capos del narcotráfico.
Si bien la administración del presidente saliente Donald Trump prometió debilitar a los cárteles mexicanos, hubo pocos arrestos de alto perfil en los últimos cuatro años antes de la captura de Cienfuegos.