La censura en la red social Twitter al párroco en Oria (Almería) desató el pasado domingo una oleada de solidaridad. Un día después, Juan Manuel Góngora agradece las innumerables muestras de cariño y oración recibidas por parte de cientos de miles de españoles tras haber sido coartada su libertad de expresión en la plataforma.
En declaraciones a La Gaceta de la Iberosfera, recuerda que es sucesor en la iglesia en la que está destinado de dos beatos mártires, beatos Andrés y Manuel, martirizados por odio a la fe y a Cristo en la persecución religiosa durante la Guerra Civil: «si ellos dieron testimonio de su fe incluso derramando su sangre, qué no debemos hacer nosotros aunque nos quieran silenciar y desterrar socialmente».
Páter Góngora denuncia que se haya restringido también la cuenta del padre Francisco Javier Delgado, su amigo y uno de los promotores de la etiqueta #PaterCensurado que logró ser primer trendic topic en España, y manifiesta que ellos «no entran en el juego del insulto, de la censura, del bloqueo», sino que «dan razones de nuestra fe, damos argumentos, damos testimonio y eso es lo que más temen». «Frente a la Verdad que proponemos, a la Verdad que es Cristo, lo único que pueden hacer es tratar de silenciarnos y expulsarnos de una red social en la que está todo el mundo».
Asimismo, considera que lo ocurrido en Estados Unidos «ha abierto la veda totalmente» contra todas las voces que disienten de los postulados globalistas y afirma que las grandes tecnológicas «tratan de acallar a los disidentes» porque son conscientes de que «las voces discordantes frente a la imposición de su agenda cultural -procedentes no solamente de partidos políticos, sino de usuarios con cierta influencia- pueden hacerles daño». Lo paradójico, añade, es que «usando la trampa de la defensa de la libertad, de la democracia y de que no haya discursos de odio… impongan precisamente discursos de odio contra aquellos que no piensan como ellos».
En este sentido, llama seguir dando la batalla cultural: «nos queda seguir dando la batalla en las plataformas que sea posible… ya no es un tema ideológico, de partidos, de posicionamiento, sino que lo que está en cuestión es la misma concepción antropológica del ser humano».
Y finaliza reiterando que «la Esperanza cristiana es la clave para afrontar y combatir esta censura». Y todavía lo es más, dice, «para las personas que hemos recibido el don de la fe, que nos invita desde la valentía que nos da el ser cristiano a mostrar testimonio además de nuestra tradición, de nuestras raíces y del legado que hemos recibido y que fundamenta nuestro modo de vida y de ser… no solo a través del mundo virtual, sino también en el día a día, en lo cotidiano».