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UN Enclave PRORRUSO DETENIDO EN EL TIEMPO

Transnistria, el pequeño e intrigante aliado de Putin al otro lado de la frontera ucraniana

Uno de los muchos monumentos a Lenin que todavía pueden verse en el territorio moldavo y prorruso de Transnistria (foto: Giubilei / Dell'Orco - LGI)

Desde el primer momento en que estalló la guerra en Ucrania, los ojos del mundo se han posado en una zona del este de Moldavia en la frontera con Ucrania que lleva el nombre de Transnistria, un territorio hasta hace unas semanas desconocido para la mayoría (a excepción de los amantes del fútbol del equipo Sheriff Tiraspol) que de repente saltó al centro de las crónicas bélicas por su singularidad.

Transnistria (nombre oficial de la República moldava de Pridniestrov) es de hecho un Estado independiente no reconocido por los países de la ONU, ya que se considera de iure parte de Moldavia. Dos años después de la declaración de independencia el 2 de septiembre de 1990 estalló una guerra por el control del territorio que culminó con un alto el fuego garantizado por Rusia, Moldavia y Transnistria. Desde entonces, una fuerza rusa de mantenimiento de la paz de alrededor de 1.500 militares ha estado presente en la autoproclamada república prorrusa. En las últimas semanas han circulado todo tipo de noticias sobre Transnistria: desde un posible ataque a Ucrania desde el oeste pasando por el lanzamiento de misiles desde esta zona hasta una hipotética adhesión a la Federación Rusa en caso de que Moscú conquiste todo el sur de Ucrania y los territorios pertenecientes a la llamada Nueva Rusia.

No se puede descartar con certeza una reunificación de las áreas conquistadas por los rusos con Transnistria.

Entrando en Tiraspol, la capital del PMR (abreviatura en ruso para indicar Transnistria), no se percibe el clima de guerra ni se atisba una movilización general. La vida parece transcurrir como si nada y, para nosotros, los europeos occidentales, es como darse un chapuzón en el pasado. En Transnistria el tiempo parece haberse detenido a finales de los 80 durante el periodo de la Unión Soviética, en las calles hay monumentos con la hoz y el martillo, sobre los edificios destaca la estrella roja y son numerosas las estatuas de Lenin. La iconografía soviética que desapareció tras la caída del Muro de Berlín en las demás naciones que se independizaron permanece aquí, así como se enseña historia en las escuelas en consonancia con la ideología de la URSS. No en vano, a pocos kilómetros de la ciudad, hay un monumento al Ejército Rojo erigido para conmemorar la victoria sobre el ejército nazi en Moldavia.

Transnistria, un lugar detenido en el tiempo

La economía también está muy ligada a la Federación Rusa, que financia el gobierno local, así como los medios de comunicación (obviamente en ruso) están en consonancia con las posiciones del Kremlin y no se aceptan tarjetas de crédito en todo el territorio porque Transnistria ha estado fuera del circuito de Swift durante algunos años. Además de la moneda local (el rublo de Transnistria), se aceptan el euro y el lei moldavo, pero no el leu rumano. «Puedes ver por ti mismo que la situación es tranquila en Transnistria y no hay un clima de movilización general», dijo Antón, un ciudadano de Tiraspol.

El plan descrito por el líder bielorruso Lukashenko prevé la llegada del Ejército ruso hasta las puertas de Transnistria

Aún así, dejarse engañar por las apariencias estaría mal. En el territorio de Transnistria hay efectivamente bases militares rusas y el número de soldados presentes podría ser superior al oficialmente indicado, además no se puede descartar la presencia de armas mucho más peligrosas que el gran arsenal soviético dejado tras el derrumbe de la URSS. A juzgar por la ofensiva llevada a cabo por el Ejército ruso que parece querer cercar la ciudad de Odessa para un ataque inminente, no se puede descartar con certeza una reunificación de las áreas conquistadas por los rusos con Transnistria. Por otro lado, el plan descrito por el líder bielorruso Lukashenko prevé la llegada del Ejército ruso hasta las puertas de Transnistria. Hasta la fecha, sin embargo, se trata solo de hipótesis y el Gobierno de Transnistria ha negado oficialmente cualquier implicación en el conflicto de Ucrania, esgrimiendo como fake news el hecho de que se hayan lanzado misiles contra el aeropuerto de la ciudad ucraniana de Vinnystia, palabras confirmadas por el ministro de Exteriores moldavo.

Hoy, Transnistria es como un osezno dormido, a primera vista parece tranquilo y su sueño intrigante, pero sabemos que no durará para siempre y, cuando se despierte, cualquier cosa puede pasar.

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