Descabezada y fragmentada. En esas condiciones se enfrenta la oposición a la tiranĆa de Daniel Ortega, que el pasado 10 de enero inició un ilegĆtimo nuevo mandato por otros cinco aƱos, ante el desconocimiento de la comunidad internacional.
MĆ”s de 170 opositores estĆ”n presos, entre ellos los siete aspirantes presidenciales que intentaron disputarle el cargo a Ortega en meses pasados. La mayorĆa de los grupos polĆticos en la oposición estĆ” en el exilio; dentro del paĆs, estĆ”n inhabilitados para movilizarse ante la instauración de un estado policial, y divididos, tanto dentro como fuera de Nicaragua, por intereses personales e ideológicos. Mientras, la población no muestra preferencia por ninguna opción polĆtica ante la pĆ©rdida de confianza.
AsĆ, el panorama no luce alentador; una situación que beneficia al dictador pese al rechazo de la ciudadanĆa evidenciado durante las elecciones. MĆ”s del 80 por ciento de la población se abstuvo de votar ante las reglas impuestas por el tirano que sacó del juego a sus contendientes con cĆ”rcel y anuló la personerĆa jurĆdica de tres partidos opositores.
Algunos grupos en el exilio intentan reagruparse, pero las disputas internas han fragmentado nacientes iniciativas, otros no gozan de confianza por sus vĆnculos con el sandinismo, y otros grupos se han acercado para trabajar en función de buscar consenso para la unidad alrededor de un objetivo comĆŗn: salir de la dictadura de Daniel Ortega.
El analista polĆtico socialdemócrata Francisco Delgadillo reconoce que la oposición estĆ” muy fragmentada. āNadie convoca a reunión y discusiónā, afirma. Pero a lo interno es casi una misión imposible debido a la persecución y a los aparatos de seguridad e inteligencia del rĆ©gimen.
Un anĆ”lisis del organismo Nueva Sociedad (NUSO), elaborado por Salvador MartĆ y Mateo JarquĆn, seƱala que Ortega no solo logró terminar el periodo de gobierno, sino que logró imponerse para un nuevo periodo.
āQueda claro que el rĆ©gimen de Ortega resistió el embate opositor gracias a su control de las instituciones y al uso de la fuerza. Pero su permanencia tambiĆ©n se debió en parte a la naturaleza de la oposición y a las decisiones que tomó su fragmentada dirigenciaā, apunta el anĆ”lisis.
Ortega se mantiene por el respaldo de las armas del EjĆ©rcito y la PolicĆa, y los grupos paraestatales creados y financiados por el rĆ©gimen.
Christiam MartĆnez, opositor exiliado en Estados Unidos, sostiene que la fragmentación se debe a la desconfianza producto de las alianzas que tanto polĆticos de diferentes corrientes ideológicas como empresarios han mantenido con Ortega en distintos momentos, y al trabajo que realizó el sandinismo desde que perdió el poder en 1990 y que desde la oposición causaba destrucción.
Para MartĆnez, a lo anterior se suma la impunidad de los crĆmenes del sandinismo desde 1979. āEso fue socavando la incipiente democracia durante los gobiernos de Violeta Chamorro, Arnoldo AlemĆ”n y Enrique BolaƱos, sustentada bajo la base de una ley de AmnistĆa, que ha dejado impunes crĆmenes contra miles de nicaragüenses y desaparecidos durante el primer rĆ©gimen sandinista, fue un gran error tratar de construir una democracia sobre cadĆ”veresā, apuntó MartĆnez.
Kitty Monterrey, exiliada y lĆder del opositor partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), dijo que grupos disidentes realizan esfuerzos encaminados a āencontrar objetivos en comĆŗn dentro de la oposición sin perder la identidad y a que organizaciones pertenecemos. Es simplemente encontrar los puntos de coincidencia para efectos de mostrar coherencia ante la comunidad internacional y la sociedad nicaragüense. Esperamos que en Nicaragua se vayan realizando esos acercamientos en cada barrio, porque lo importante es construir una organización de democracia, sólida que pueda hacerle frente a la dictaduraā.
āEl trabajo no solo es del exilio, tambiĆ©n es dentro de Nicaragua. Nuestra obligación desde el exilio es trabajar y ser facilitadores de los que estĆ”n dando la batalla dentro y enfrentando la difĆcil situación de vivir en dictaduraā, aseveró.
Ortega y la ‘dictadura dinĆ”stica‘
Las bases del autoritarismo sobre la que esta cimentada la dictadura sandinista que ha implantado una polĆtica de terrorismo de Estado, hacen mĆ”s difĆcil la reorganización de la oposición. Ortega estĆ” empeƱado en la consolidación de su dictadura.
En torno al tema, el exembajador durante la administración de Violeta Chamorro, JosĆ© DĆ”vila, sostiene que āel modelo polĆtico de Ortega tiende a una dictadura dinĆ”stica si uno ve el rol de la esposa y los hijos, no es una dictadura de partido como en Cuba o China, no es un presidencialismo autoritario que juegue a equilibrar con los otros poderes, es la concentración total y absoluta del poder en una o dos personas, que imponen todo, que no tiene gobierno, sino un grupo de funcionarios pĆŗblicos o jefes militares y policiales, que responden a su voluntad y arbitrariedad personal, que son inclusive especie de rehenes de la pareja absolutistaā.
El exdiplomĆ”tico sostiene que en la oposición hay crisis, no solo por el subdesarrollo polĆtico del paĆs y la falta de liderazgos creĆbles fuertes, sino por la acción desestabilizadora del rĆ©gimen contra la oposición, que la infiltra, la divide y evita que surja como alternativa al rĆ©gimen.
āEl pueblo estĆ” claro que no quiere dictadura, quiere democracia, pero aĆŗn falta construir el liderazgo que lo pueda llevar a buen puerto. Espero que despuĆ©s de este episodio electoral en que el rĆ©gimen demostró lo cruel y agresivo que es, hayan quedado lecciones que aprender para la oposición, y surja un liderazgo que haga las cosas distintasā, afirmó el experto.