«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Ególatra y 'cabeza de una mafia'

Vladimir Cerrón, el admirador de dictaduras comunistas que gobernará Perú si gana Castillo

Uno escucha a Pedro Castillo y no puede tomarlo en serio. Su discurso simplón, sus propuestas disparatadas y ademanes de sindicalista revelan a un hombre sencillo, poco leído, atiborrado de idealismo pueril.

No obstante, subestimarlo fue justamente el error que cegó a la derecha, enfrascada en disputas absurdas, y a la izquierda aburguesada que se la pasó ninguneando su candidatura mientras este hacía campaña de a pie en el interior del país y le arrebataba el voto popular que no quería saber de aborto libre, “matrimonio” gay o identidad de género, sino de trabajo, salud, vivienda, parcelas agrícolas y reivindicación social.

Pedro Castillo, el docente provinciano que apenas y alcanzaba un dígito en los sondeos electorales unas semanas antes de los comicios, dejaba atónitos a sus odiadores y pasaba a segunda vuelta acompañado de Keiko Fujimori, líder de la derecha populista.

¿Qué favoreció al candidato ultraizquierdista? La peste, que ha matado hasta la fecha más de 60 mil personas, también se llevó consigo los empleos y ahorros de miles de peruanos -más de 1 millón de puestos de trabajo se perdieron solo en Lima por las cuarentenas estrictas y cierre de negocios según el Instituto Peruano de Economía (IPE)-, recursos que no han podido ser reemplazados por los bonos humanitarios del gobierno.

Si en el Perú de 2019, a pesar de la crisis política por los enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo, todavía las propuestas moderadas y la defensa del modelo económico liberal eran pétreas, el estallido de la pandemia evidenció que el país andino estaba muy lejos de sus pretensiones de llegar a ser integrante de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Si bien el crecimiento económico de las últimas décadas resulta evidente, la promesa del “chorreo” no llegó a la base de la pirámide. La desigualdad en el Perú no generó una explosión social violenta como en Chile, pero se manifestó el 11 de abril en las urnas.

El voto de Castillo no es enteramente ideológico -como supone la izquierda más recalcitrante y fanática-, sin embargo, arrastra consigo un rencor hacia las élites mercantilistas y globalistas que dirigen al Perú. El discurso de Perú Libre, el partido que lleva a Castillo, se sustentó en el amargo pesar de los sectores menos favorecidos, pero también de esas “clases medias vulnerables” que pasaron de la noche a la mañana a la pobreza y no piensan inmolarse por la “democracia”, la “república” o el capítulo económico de la Constitución, como reclama la derecha liberal, sitiada por las masas descontentas.

Pero es un error suponer que Pedro Castillo es el autor intelectual para imponer el proyecto bolivariano en el Perú.Pedro Castillo es el candidato de Perú Libre, pero Vladimir Cerrón, médico y político formado en Cuba, es el líder nato y su ideólogo. Castillo es el profesor de escuela, pero Cerrón, admirador del Che Guevara y Hugo Chávez, el maestro detrás de cada jugada.

Vladimir Cerrón, exgobernador regional de Junín -sierra central peruana-, tiene un abanico de acusaciones y críticas en su contra, no solo por su reprochable admiración a dictaduras comunistas, también por su mediocre y deshonesta gestión pública.

El 5 de agosto de 2019, el Quinto Juzgado Penal Unipersonal de Huancayo, especializado en delitos de corrupción de funcionarios, condenó a Cerrón a 4 años y 8 meses de prisión efectiva por el delito contra la administración pública en la modalidad de negociación incompatible en agravio del Estado peruano. En la sentencia, el juzgado también determinó su inhabilitación del cargo público por el plazo de un año, así como el pago de una reparación civil de 850 mil soles.

De acuerdo con la sentencia, la Fiscalía acusó a Cerrón y otros tres funcionarios de interesarse de “manera indirecta e indebida en la ampliación del plazo N°3 de la obra ‘Mejoramiento y Ampliación del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado en la ciudad de La Oroya’ con la finalidad de favorecer al consorcio Altiplano en la suma de S/ 850 mil soles […]”.

En octubre de 2019, la Sala de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Junín ratificó la sentencia contra Cerrón, confirmando la que se emitió en agosto del mismo año. Sin embargo, los jueces revocaron la pena de privativa de la libertad de carácter efectivo por 4 años y 8 meses y la fijaron como una pena de carácter suspendido,con un período de prueba de tres años. Esta sentencia fue el argumento por el que el Jurado Electoral Especial de Lima Centro 1 declaró improcedente la candidatura de Cerrón a la segunda vicepresidencia de Perú Libre en diciembre de 2020.

Pedro Castillo, el “títere” de Vladimir Cerrón

Para César Combina, congresista de la República por la región Junín (2020-2021), el verdadero candidato presidencial del partido Perú Libre es Vladimir Cerrón, y Pedro Castillo es solo una fachada en este proceso electoral, un “títere” del exgobernador.

“El verdadero candidato presidencial de Perú Libre es Vladimir Cerrón. Los peruanos que voten por Pedro Castillo marcarán por él en la cédula, pero terminarán eligiendo a Vladimir Cerrón como presidente. Yo digo que el señor Pedro Castillo es el títere de Vladimir Cerrón, en primer lugar, porque el partido Perú Libre nunca lo consideró como un candidato, ha sido la última opción que ha tenido Vladimir Cerrón para tener una participación política. La sentencia por corrupción impidió que Cerrón pudiera postular, por lo que tentaron una alianza con el Movimiento de Afirmación Social del exgobernador de Cajamarca Gregorio Santos. Santos también recibió una sentencia [por los delitos de asociación ilícita, colusión simple y colusión agravada], tampoco pudo postular. Luego se hizo una alianza con Nuevo Perú de Verónika Mendoza, donde no hubo un acuerdo en torno a las cuotas congresales porque Perú Libre y Vladimir Cerrón querían tener poder sobre la futura bancada de izquierda y esto Mendoza no lo aceptó. Cerrón escoge a Castillo como última opción. Ni siquiera es un militante con trayectoria, se inscribe un mes y medio antes de la contienda, no participa del proceso interno, no puede votar si quiera por sí mismo, no tiene ningún cargo directivo dentro de Perú Libre. Por donde lo veas, Castillo es un adorno, una cereza en el pastel; no es un líder con ideas ni con un sector propio dentro del partido político. Está comprobado que este modus operandi le ha servido al señor Cerrón anteriormente. Cuando a él lo meten a prisión, muchos pensaron en Junín que ya no tendría mayor participación en el gobierno regional, pero mantiene como títere a su vicegobernador, dirigiendo él la región desde la cárcel. Pone a una persona para que gobierne figurativamente. No sería ninguna novedad para Vladimir Cerrón hacer esto con Castillo”, asegura el parlamentario de Alianza para el Progreso (APP).

Foto Congresista César Combina. Créditos: Página Oficial de Facebook.

Engaña a la izquierda democrática

Combina advierte que la plataforma de Vladimir Cerrón esconde su discurso radical cuando se dirige a los militantes y simpatizantes de la izquierda democrática peruana, pero que su propósito es engañarlos, como ha hecho previamente en la región donde nació su movimiento.

“Cuando Vladimir Cerrón postula por primera vez en 2006, recién llegaba de terminar sus estudios en Cuba, era un joven médico que volvía a su región, y el líder de izquierda democrática, Mario Canzio, lo invita a su movimiento regional para que sea candidato. Con este hecho vemos como la izquierda democrática le abre un poco la ventana a esta izquierda más radical, a esta izquierda vinculada al marxismo-leninismo, que encabeza Cerrón. El resultado es el asesinato de la izquierda política democrática, porque Vladimir Cerrón se suma con personajes radicales como el dirigente educativo Robert Huaynalaya, vinculado al Movadef [brazo político del grupo terrorista Sendero Luminoso], destruye este movimiento regional que se llamaba Frente Patriota Peruano, y después de la destrucción de esto, forma Perú Libre. Es un modelo, que si bien se declara marxista-leninista, lo que ha hecho es intentar asolapar cualquier señal de pensamiento radical para la población, limitando este discurso dentro de sus filas. Perú Libre está engañando a los electores de Juntos por el Perú, el Partido Morado, Frente Amplio, que se han sumado a la candidatura de Castillo pensando que es de izquierda democrática, pero lo que Castillo va a hacer, mejor dicho, Cerrón, es utilizar estos movimientos para llegar al poder y luego destruirlos. Perú Libre no tiene la visión de una izquierda democrática o progre, como se dice ahora, sino una izquierda radical cuyos orígenes vienen del pensamiento de la revolución cubana”, añade.

Ególatra y ‘cabeza de una mafia’

El legislador no esconde sus críticas hacia Castillo y Cerrón, considerando a este último “la cabeza de una mafia”. Sus declaraciones no se alejan de la verdad. Varios directivos del partido Perú Libre están investigados por colusión, malversación y negociación incompatible en once pesquisas juntos a Vladimir Cerrón. En todos esos procesos, el agraviado es el Gobierno Regional de Junín.

“El señor Cerrón es la cabeza de una mafia que busca utilizar los intereses populares para el beneficio propio. Es una persona ególatra, soberbia, una persona mentirosa, pero, sobre todo, creo que es una persona dañina. Todo lo que toca, lo destruye. No le recomendaría a nadie que vote por una persona que enemista sus pueblos, porque en la región Junín todos los conflictos sociales son por el señor Vladimir Cerrón. No le recomendaría a alguien que le dé confianza a un médico que destruyó el sistema de salud de la región Junín. No le recomendaría a nadie que vote por alguien que está sentenciada por corrupción en dos instancias, y por alguien que no solo nos ha robado dinero, sino que nos ha robado el futuro. Creo que la región Junín es el ejemplo de lo que va a hacer Perú Libre en el gobierno nacional”, advierte.

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