En la línea populista de dar voz a las minorías, el presidente Joe Biden ha dado espacio en su gabinete a tres representantes hispanos, aunque, hoy en día, llamar minoría a los hispanos en EEUU es un tanto atrevido.
Uno de ellos es Xavier Becerra, que ha sido nombrado Secretario de Salud y Servicios Humanos. En todas sus biografiías se resalta su condición de hijo de inmigrantes mexicanos y su origen humilde. De origen católico, su religión figuraba en su biografía de Wikipedia hasta hace muy poco, pero recientemente este perfil ha cambiado y ha desaparecido toda mención a sus creencias.
Esta desaparición quizá tenga que ver con sus simpatías proabortistas. El año pasado, cuando ocupaba el cargo de Fiscal General de California, lideró una coalición de 22 fiscales generales estatales para denunciar una ley del estado de Mississippi (gobernado por los republicanos) que prohibía a los médicos proporcionar servcios de aborto después de las 15 semanas. En una declaración en ese momento, Becerra calificó la prohibición de “injusta, ilegal y abusiva”.
“Leyes como la de Mississippi son un intento sistemático de deshacer los derechos constitucionales de la mujer en el caso Roe contra Wade”, afirmó. “Seguiré defendiendo el acceso seguro a la atención reproductiva y defendiendo estos derechos para todas las mujeres”.
Becerra, que estudió en Standford y se licenció en Derecho en 1984, fue el primer hispano en ocupar el puesto de Fiscal General de California en 2016, en sustitución de Kamala Harris. Uno de sus principales esfuerzos ha ido encaminado en apoyar “completamente” el programa Medicare para todos, una propuesta de atención médica gestionada por el gobierno.
La carrera política de Becerra viene de muy largo, a sus 62 años, ha sido representante de Los Ángeles en el Congreso durante 12 periodos. Seguramente Biden pretende aprovechar esta experiencia para poder trabajar en la Ley de Atención Médica Asequible, que fue una de sus promesas durante la campaña
