«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Nuevos estudios desmontan el alarmismo sobre el deshielo

Fotografías históricas de la Antártida contradicen la narrativa oficial: revelan 85 años de estabilidad e incluso crecimiento del hielo

Un pingüino en la Antártida. John Weller

Investigaciones recientes han sacado a la luz hallazgos sorprendentes sobre la estabilidad del hielo en la Antártida Oriental, desafiando las predicciones catastrofistas y evidenciando que, lejos de derretirse a un ritmo alarmante, en algunas zonas el hielo no sólo se ha mantenido estable, sino que incluso ha crecido desde la década de 1930.

Un estudio publicado en Nature Communications por científicos de la Universidad de Copenhague ha analizado fotografías aéreas históricas tomadas en 1937, complementadas con imágenes de las décadas de 1950 y 1970. Mediante reconstrucciones informáticas en 3D, los investigadores han rastreado el movimiento de los glaciares en una región que contiene una masa de hielo comparable a la de Groenlandia. Los resultados indican que, en un tramo de 2.000 km de la Antártida Oriental, el hielo se ha mantenido estable e incluso ha experimentado un ligero crecimiento desde la década de 1930.​

Los científicos destacan que, al comparar estos datos históricos con los actuales, no se han observado cambios significativos en las velocidades de flujo del hielo. Aunque algunos glaciares mostraron adelgazamientos temporales en periodos de diez a 20 años, a largo plazo se han mantenido estables o han crecido ligeramente, lo que sugiere un sistema en equilibrio. Estos hallazgos subrayan la importancia de las observaciones a largo plazo para distinguir las tendencias recientes de la variabilidad natural.​

Este estudio se suma a otros que ya indicaban una expansión de las plataformas de hielo en la Antártida. Entre 2009 y 2019, las plataformas de hielo flotantes aumentaron en 5.305 km², ganando 661 gigatoneladas de masa. Sin embargo, estos resultados han recibido poca atención en los medios de comunicación generalistas, quizás porque contradicen la narrativa sobre el retroceso generalizado de los hielos polares.​

La mayoría de medios se han hecho eco de escenarios alarmistas basados en modelos informáticos que proyectan un calentamiento global de hasta 4 °C en menos de 80 años. En contraste, las observaciones empíricas, como las obtenidas en el estudio de la Universidad de Copenhague, sugieren que la Antártida Oriental ha permanecido en gran medida estable durante las últimas décadas.

Así, mientras ciertas áreas de la Antártida Occidental han experimentado pérdidas de hielo, la Antártida Oriental muestra una notable estabilidad e incluso un ligero crecimiento en su masa de hielo desde la década de 1930. Estos hallazgos resaltan la necesidad de basar las políticas y las percepciones públicas en datos observacionales a largo plazo, en lugar de depender exclusivamente de modelos predictivos que pueden sobrestimar los impactos del cambio climático en regiones específicas.​

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