El Shakespeare’s Birthplace Trust, la organización que administra la casa natal de William Shakespeare en Stratford-upon-Avon (Birmingham, Inglaterra), ha iniciado un proceso de «descolonización» de su colección, argumentando que la veneración al dramaturgo ha servido para promover la «supremacía blanca» y la «superioridad cultural británica».
Bajo la excusa de hacer el museo «más inclusivo», el Trust ha decidido revisar el legado del escritor y su influencia en la historia mundial desde una perspectiva ideológica que se aleja del reconocimiento de su genialidad. Según un informe respaldado por la Universidad de Birmingham, la idea de Shakespeare como un autor universal habría servido para imponer la cultura europea como el estándar del arte, algo que los investigadores consideran parte de la «violencia epistémica» del colonialismo.
El proyecto, financiado por la Esmee Fairbairn Foundation, una organización dedicada a promover la «diversidad» en las artes y la cultura, busca modificar la presentación de Shakespeare en los museos, dejar de considerarlo el «más grande» de la literatura y situarlo como un autor más dentro de una «comunidad de escritores globales». Como parte de esta estrategia, el Trust ha comenzado a organizar eventos ajenos a la obra del dramaturgo, como homenajes al poeta bengalí Rabindranath Tagore y talleres de danza de Bollywood basados en Romeo y Julieta.
La iniciativa no es un hecho aislado. En los últimos años, y especialmente tras las protestas de Black Lives Matter en 2020, la figura de Shakespeare ha sido objeto de ataques ideológicos en círculos académicos y culturales. El Globe Theatre de Londres ha organizado seminarios como Anti-Racist Shakespeare, en los que se ha llegado a afirmar que Rey Lear trata sobre la «blancura» y que el personaje de Hamlet tiene una visión «racista» de las personas negras.
Además de modificar la narrativa en torno a Shakespeare, la organización se ha comprometido a eliminar de sus archivos y colecciones cualquier material que contenga «lenguaje ofensivo», en lo que ha descrito como un proceso «largo y reflexivo» para actualizar el enfoque del museo.
Así, la cultura occidental sigue siendo víctima de la demolición sistemática de su legado bajo el pretexto de la «descolonización«. Lo que comenzó con ataques a estatuas de figuras históricas ha derivado en la censura de obras literarias y artísticas que forman parte del patrimonio cultural europeo. Hoy le toca a Shakespeare, ¿quién será el siguiente?