El Gobierno de Pedro Sánchez saca pecho por los datos de empleo, pero las cifras reales cuentan otra historia. Según un análisis publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), entre 2019 y 2024 el paro efectivo en España apenas ha bajado en 70.000 personas, a pesar de que el Ejecutivo insiste en vender como «positiva» la evolución del mercado laboral.
El estudio examina el comportamiento de la economía española desde el estallido de la pandemia hasta la actualidad, comparándolo con la media europea, e incluye una valoración de las medidas adoptadas recientemente por Moncloa frente al impacto económico de la guerra en Ucrania. A pesar del maquillaje de los datos oficiales, la fundación advierte: el verdadero descenso del paro es mínimo cuando se tiene en cuenta a los trabajadores con contrato fijo discontinuo, quienes figuran como empleados aunque estén cobrando prestaciones y apuntados en el SEPE como demandantes de empleo.
Así lo confirman también desde la Unión Sindical Obrera (USO), que comparte los cálculos: mientras que el paro registrado bajó en unos 600.000 desde diciembre de 2019, el paro efectivo —que incluye a los fijos discontinuos inactivos, afectados por ERTEs o en colaboración social— apenas se redujo en un 10% de esa cifra.
Este fenómeno, advierte Fedea, distorsiona cada vez más los datos de paro, especialmente desde la reforma laboral que disparó este tipo de contratos. Aunque su exclusión de las estadísticas no es nueva, el volumen actual de fijos discontinuos ha hecho que el paro registrado se aleje peligrosamente de la realidad.
Fedea lanza además una advertencia clara: el supuesto «buen comportamiento» reciente de la economía española debe tomarse con cautela. No responde a un cambio estructural, sino a factores externos —los llamados «vientos de cola»— como el impulso del turismo por circunstancias ajenas, los fondos europeos, el incremento de la población por la llegada masiva de inmigrantes y la relativa distancia geográfica respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania. Pero estos elementos podrían desvanecerse con el giro geoestratégico introducido por la Administración Trump, que ya ha modificado profundamente la política comercial y de defensa de Estados Unidos.
En el plano macroeconómico, Fedea también constata un repunte del crecimiento económico en 2024 tras el bache del año anterior. La economía española mantiene un diferencial positivo respecto a la media europea, y entre 2019 y 2024 el PIB ha aumentado un 6,9% en términos reales, algo por encima de la media comunitaria. El PIB per cápita, sin embargo, sólo ha crecido un 3,2%, dejando a España aún en la parte baja del ranking, aunque por delante de Francia y Alemania.
Aun así, si se observa sólo 2024, el panorama es algo más alentador: España ocupa el tercer lugar en crecimiento del PIB total (3,2%) y el sexto en PIB per cápita (2,3%) dentro de la Unión Europea.