La industria de frutas y hortalizas española busca diversificar sus mercados, no solo enfocándose en la Unión Europea, sino también explorando oportunidades en mercados extracomunitarios como China y Arabia Saudí. Este movimiento responde al incremento en las importaciones procedentes de países terceros, que en 2023 crecieron un 7% en volumen y un 19% en valor.
En 2023, las importaciones españolas de frutas y hortalizas superaron los cuatro millones de toneladas. Según datos de la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas, en la última década, estas importaciones aumentaron más del 50%, especialmente desde Marruecos, Francia y Portugal.
A nivel europeo, también se observa un aumento en la presencia de productos de fuera de la UE. Por ejemplo, las importaciones de tomate de países extracomunitarios crecieron un 13,4%, mientras que las importaciones intracomunitarias cayeron un 9,6% en comparación con la media de las últimas cinco campañas.
En este sentido, el sector español busca apostar por mercados estratégicos, cuya geografía y crecimiento demográfico los hacen atractivos para expandir las exportaciones. Un ejemplo es Brasil, un mercado en expansión que depende del futuro acuerdo de asociación con la Unión Europea.
«El marco regulatorio se traduce en una excesiva presión»
Una de las principales quejas del sector rural en los últimos años ha sido la imposición de fuertes restricciones por parte del Gobierno y Bruselas. Según la organización patronal Fepex, el marco regulatorio comunitario ejerce una presión excesiva sobre los productores, afectando aspectos clave como las condiciones laborales, el uso de productos fitosanitarios y los procesos de comercialización.
Estas regulaciones han generado que los productores españoles compitan en desventaja frente a las importaciones, que suelen estar sujetas a exigencias o controles menos estrictos en sus países de origen. Un caso preocupante es el de Marruecos, que a principios de año exportó fresas contaminadas sin cumplir las normativas sanitarias exigidas. Sin embargo, la mayor competencia se observa en productos como las sandías, con más de 100.000 toneladas importadas, el tomate, con casi 90.000 toneladas, y los pimientos, con 70.000 toneladas.
Esta sobrecarga regulatoria ha afectado también a las exportaciones españolas. En el Reino Unido, por ejemplo, las exportaciones españolas han caído de 104.000 a 58.000 toneladas en los últimos cuatro años, mientras que las exportaciones marroquíes aumentaron de 68.000 a 125.600 toneladas en ese mismo periodo. Además, a nivel global, las exportaciones españolas han disminuido de 13,6 millones a 11,4 millones de toneladas.