«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Qué tener en cuenta a la hora de escoger un préstamo rápido

Los préstamos rápidos son un instrumento elegido cada vez por más personas. Esto es debido, fundamentalmente, a dos razones.
La primera, tiene que ver con la comodidad relacionada con la cantidad. La característica intrínseca de los préstamos rápidos es que la cantidad es inferior a la de un préstamo tradicional, que se cursaba sin tener una necesidad real de todo el montante solicitado. En este sentido, la solo existencia de esta figura hace que muchas personas consuman esta solución financiera en algún momento puntual.
Precisamente, los minicréditos están llamados a cubrir esos momentos imprevistos de la vida económica doméstica. Por ejemplo, se vuelve de las vacaciones y se estropea el coche. La capacidad de ahorro de los españoles es muy baja, por lo que la flexibilidad ante imprevistos que vengan después de un gran desembolso de dinero, como pueden ser las vacaciones de verano, una celebración familiar o una inversión, puede ocasionar quebraderos de cabeza, aunque la cantidad que se necesite sea pequeña.
De hecho, muchas personas prefieren recurrir a estas fórmulas en lugar de pedir el dinero prestado a familiares o amigos, en muchas ocasiones por vergüenza o miedo a que puedan emitir juicios de valor.
La segunda razón, es la comodidad que supone la tramitación de estos préstamos, normalmente a través de plataformas online. Las facilidades que da la operación a través de internet distan mucho de la solicitud de crédito a través del método tradicional o las entidades bancarias tradicionales que, si bien muchas de ellas están apostando fuerte por digitalizar sus gestiones, las operaciones internas no van a la velocidad que quisieran debido a los protocolos instaurados que se han de seguir.
Las plataformas de préstamos rápidos se llaman así porque el dinero solicitado llega casi en tiempo real. Además, al estar en internet, el usuario no tiene que depender de horarios comerciales, ni esperar su turno, ni realizar desplazamientos (con sus consabidos atascos asociados) ni esperar pacientemente a que se realicen las gestiones burocráticas eternas.
Y lo mejor, el procedimiento para solicitarlo es muy sencillo al completar la operación en muy pocos pasos:

  1. ¿Qué cantidad necesitas? Esta es la primera cuestión que has de plantearte antes de empezar – normalmente las cantidades no suelen superar los 1.000 euros, dependiendo de la plataforma en la que se gestione. La cifra que responda a la pregunta tiene que ver con la necesidad que debes cubrir y con tu realidad económica actual y de un futuro inmediato.
  2. ¿En qué plazo de tiempo lo quieres devolver? Al ser pequeñas cantidades, los plazos suelen ser cortos en el tiempo y no superiores a dos meses. Al proceso de devolución van asociadas unas cuotas que no hay que dejar de mirar y tener en cuenta.
  3. Datos personales: Tras cumplimentar esos dos pasos, se deberá rellenar un formulario con datos personales y económicos o profesionales sencillos e indicar el número de cuenta donde se querrá recibir el dinero solicitado. Tras ello, en pocos minutos y si toda la operación es cursada adecuadamente, se hará efectiva la transferencia.
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