El consejero delegado de la compañía energética Repsol, Josu Jon Imaz, ha advertido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que al convertir en permanente el impuesto sobre los beneficios de las energéticas provocará que el sector desvíe «miles de millones de euros» a otros países. Asimismo, asegura que este perjuicio complicará el proceso de descarbonización y el refino español podría estar abocado al cierre.
En un artículo publicado en varios medios, bajo el título «Industria o populismo», Imaz arremete contra el Gobierno, asegurando que hay una «demagogia en torno a las cuestiones fiscales». En este sentido, afirma que en España «no hay debate ni análisis riguroso de las consecuencias», sino simplemente un «populismo al grito de que paguen las empresas para favorecer a los que lo pasan mal».
Señala también que la aplicación de medidas fiscales «asfixiantes» como el impuesto sobre los beneficios de las energéticas, penalizan la generación de riqueza y supone una medida que, bajo «el mantra del bienestar social», comprometen seriamente el «modelo futuro de este país». Así, lamenta que lo que se esconda detrás sea «simplemente el peaje a pagar para que Sumar siga sosteniendo un Gobierno».
Resalta que España es «un país líder en refinerías en Europa», generando más de 200.000 empleos y garantizando «el empleo industrial de los dos principales polos químicos del país (Tarragona y Huelva)». De esta manera, Imaz asegura que hay que seguir siendo rentables para así competir con países que tengan bajos costes y llevar adelante grandes inversiones, que «exige visión, tecnología y compromiso, además de elevados recursos».