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ENÉSIMO TROPIEZO DEL PRESIDENTE DE EEUU

Nuevo lapsus de Biden: afirma que su hijo mayor, fallecido por un cáncer, murió en Irak

Biden hijo Irak
El presidente de EEUU, Joe Biden, durante su discurso en Colorado. Reuters.

El presidente de EEUU, Joe Biden, ha vuelto a sufrir un lapsus mental en público este miércoles, diciendo erróneamente que su hijo mayor, Beau Biden, “perdió la vida en Irak”.

Durante un discurso en el estado de Colorado este miércoles, el presidente estadounidense se equivocó al hablar de la muerte de su primogénito. “Digo esto como padre de un hombre que ganó la Estrella de Bronce, la prestigiosa medalla de servicio, y perdió la vida en Irak”, dijo Biden, según recoge Fox News.

Beau Biden, hijo mayor del actual presidente de EEUU, murió a los 46 años en mayo de 2015 debido a un tumor cerebral diagnosticado dos años antes.

Fiscal General de Delaware durante los ocho últimos años de su vida, Beau combatió en Irak entre 2008 y 2009, seis años antes de morir. Por ello, el hijo del mandatario efectivamente recibió la Medalla de la Estrella de Bronce y, póstumamente, la Cruz de Servicio Conspicuo de Delaware.

El error de Joe Biden al decir que su hijo murió en Irak, cuando en realidad falleció años después de su servicio en Oriente Medio en un hospital de Maryland, es el enésimo lapsus que el presidente estadounidense ha sufrido en los últimos meses.

A comienzos de marzo, durante el importante discurso presidencial sobre el Estado de la Unión, Biden confundió Ucrania con Irán. “Putin puede rodear Kiev con tanques, pero nunca ganará los corazones y las almas del pueblo iraní”, señaló ante el desconcierto de los presentes.

Ese mismo mes, el exmédico de la Casa Blanca Ronny Jackson afirmó que Biden no estaba mentalmente apto para ser presidente y debía renunciar al cargo de inmediato para evitar que el país sufriera más. Días después de los comentarios del médico, Biden sufrió un nuevo lapsus refiriéndose de manera errónea a la vicepresidenta Kamala Harris como “primera dama”.

En abril, durante un discurso en Carolina del Norte, Biden intentó estrechar la mano con alguien inexistente y luego deambuló desorientado por el escenario. A finales del mismo mes, durante la fiesta de Pascua en la Casa Blanca, el presidente fue interrumpido por un miembro del personal disfrazado de conejo de Pascua cuando se disponía a hablar sobre Afganistán y Pakistán. Biden obedeció al conejo y se marchó del lugar.

Durante estos últimos meses, también han salido a la luz las milimétricas instrucciones que el equipo de la Casa Blanca redacta al presidente para que no se pierda en las reuniones, donde hasta le dicen cuando debe sentarse o dar las gracias.

La gota que colmó el vaso se produjo hace unos días, cuando durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca Biden elogió y luego intentó buscar entre la multitud a la congresista republicana Jackie Walorski, fallecida a principios de agosto en un trágico accidente de tráfico.

Todos estos lapsus que ha sufrido el mandatario estadounidense, que apuntan a un deterioro cognitivo de Biden ―a sus 79 años es el presidente más longevo en activo de la historia del país―, hacen que entre las filas demócratas y, por supuesto, entre los votantes en general, se ponga seriamente en duda la intención manifestada por el presidente de presentarse a la reelección en 2024.

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