Fue hermoso mientras duró.
‘Trump liquida la neutralidad establecida por Obama en Internet’, leo en El País, lo que significaba que las operadoras transportaban datos como si fueran sacos de cemento, todos iguales, y ahora podrán fijarse en el contenido y el origen para dar preferencia a unos sobre otros.
Bueno, es el mercado, ¿no? Al fin, no son sacos de cemento, unos tienen mucho mayor valor que otros y el juego de la oferta y la demanda se asegurará de que los más codiciados por el público vayan más rápido y se carguen mejor que la morralla, ¿verdad?
Si usted cree esto, tengo a la venta un magnífico puente sobre la M-30 que podría interesarle.
Cualquiera que haya seguido de cerca los tejemanejes de colosos de Internet -los que van a cortar el bacalao en este cambio: Google, Facebook, Apple, Twitter- debe saber ya a estas alturas que la pura demanda de los particulares no es en absoluto lo único o siquiera lo primero que les mueve. Hay un relato que vender, y les garantizo desde ya que no es el de La Gaceta.
Pero vamos a los grandes titulares, que se nos va la mañana.
‘El bloque de la Constitución acaricia el triunfo en Cataluña’. A eso le llamo yo optimismo informativo. Porque incluye en ese bloque a los socialistas catalanes de Iceta, que quiere indultar a los golpistas, que se ha juramentado para no votar a Arrimadas y que le pone ojitos a los secesionistas.
Por una vez me parece bastante más ajustado a la realidad el titular de apertura de La Razón sobre los mismos datos de intención de voto: ‘Un Parlament ingobernable’.
Estas elecciones, no soy el primero que lo dice, no van a arreglar absolutamente nada. Todo seguirá como hasta ahora, es decir, el proceso seguirá adelante, sumando cada vez más voluntades a favor de la independencia merced a unos medios que se mantienen intactos y a un sistema de enseñanza que el Gobierno se niega a tocar.
ABC y El Mundo salen con la misma foto: Arrimadas uniendo manos, como en un juramente, con un montón de mujeres. No sé dónde vi hace poco un elogio a doña Inés a costa de que voluntad de no usar su condición femenina como consigna electoral, pero imagino que la tentación es demasiado fuerte.
En ABC, ‘Arrimadas ganaría las elecciones en votos y escaños’. ¡Ay, ese condicional! ¿Recuerdan cuál fue la fuerza más votada en el Ayuntamiento de Madrid? Pues eso. Obviando, naturalmente, que las encuestas electorales fallan últimamente más que escopetas de feria.
Y estamos con las caricias, que en esto coincide El Mundo con El País, en el verbo ‘acariciar’: ‘Arrimadas acaricia la victoria y amenaza la mayoría separatista’. Todo puede ser, naturalmente, pero yo no apostaría por que todas estas caricias vayan a llevar necesariamente a la consumación.
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