«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Día D

La miseria del periodismo es que nunca consigue dar la gran noticia sino mucho después de que suceda.
Hoy, por ejemplo, nos estalla en la cara, en titulares estremecidos, lo que en realidad se ha estado preparando con exquisita paciencia, con sus pasos contados, durante años y ante nuestros ojos. Especialmente, ante los ojos de los periodistas, que no han dado la alarma en estos términos cuando aún era relativamente ‘barato’ -en términos económicos, políticos y sociales- detener la locura.
Nada, o muy poco, se ha hecho a puerta cerrada y lejos de las cámaras; no se les puede reprochar no haber predicado abiertamente en todos los foros lo que ahora está sucediendo.

Sería carcajeante, si no fuera tan trágico el transfondo, ver a esos pirómanos que han sido El Periódico y La Vanguardia llamando a los bomberos cuando las llamas están a punto de achicharrarles a ellos.
Amagar y no dar es lo que tiene: que es fácil que se vaya el asunto de las manos y que todo lo que has vendido durante décadas se tome en serio y ya no sirva como herramienta, sino como amenaza contra los intereses de uno. Pasa cada vez, pero nadie aprende.

‘No en nuestro nombre’ es el titular del editorial que El Periódico saca a una primera con foto de Puigdemont y una primera noticia sucintamente expresada: ‘Fin de trayecto’. A lo que vemos, no es solo fin de trayecto para el ‘procés’, sino para la frivolidad congénita del diario.
A quienes no les llega la camisa al cuerpo es a los burguesitos de La Vanguardia, cuyo pánico se plasma en un casi histérico: ‘Clamor para frenar la DUI’. ¡Ay, los clamores! ¿Ya no es divertido juguetear con el «Som una nació»? ¿Y eso? La solución, unos centímetros más abajo: ‘Las grandes empresas siguen aprobando traslados de sede social’.

El País se nos pone entre alarmista y alarmante: ‘El separatismo llama a tomar la calle para imponer su república’. Tomar la calle ha sido siempre para El País cosa justa y necesaria, democracia real, cuando no amenaza directamente sus intereses, que no son otros que los de las finanzas internacionales.
ABC saca el rostro de Puigdemont con gesto de supremo agobio junto al titular ‘El día de la verdad’. Debajo, como titular principal, ‘Omnium ha recibido 20 millones en ayudas para la secesión’. Y el día para enterarnos es hoy.
El Mundo recurre al entrecomillado, un recurso que reconozco que me encanta: «Los jefes de los Mossos están involucrados en el proceso». Lo dice un informe de la Guardia Civil, pero podría deducirlo el más zote.

Al lado, ‘Empresarios soberanistas amenazan ahora con abandonar Cataluña’. Apenas puedo expresar mi asco; eso sí que es tener la bandera en la billetera.
Y en La Razón, ‘Puigdemont podrá ser detenido por sedición si declara la independencia’, lo que es cualquier cosa menos una noticia. Que yo podría ser detenido por homicidio si le clavo un cuchillo en la yugular a un tipo es algo que ya sé. Pero «podrá» no es nunca noticia, la verdadera noticia, bastante escandalosa, es que no haya sido ya, al menos, cesado.

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