El País de hoy merece un premio de algún tipo, habría que crear la categoría. Ha sido capaz de unir dos obsesiones, una vieja y una nueva, ambas de actualidad, y enlazarlas en un titular de primera. Bravo.
‘Hackers’ rusos ayudan a mantener activa la web del referéndum’. Hay que ver, Putin y sus chicos, no les basta llevar a Trump a la Casa Blanca con su diabólico dominio de ese invento americano, Internet, sino que ahora lo usa para desgajar Cataluña de España.
Te tienes que reír, muy fuerte. Pero si el ‘diario de referencia’ no teme al desprestigio y al ridículo, ¿quién soy yo para oponerme?
En la portada de ABC, una niña de pie a hombros de un tipo pega en una pared un cartel llamando al voto. Debajo, textos con anécdotas entrecomilladas. Y titulando, ‘Testigos de la manipulación’. Periodismo del bueno.
‘La ambigüedad de Trapero mantiene en vilo al Gobierno’, abre El Mundo, sobre la foto de un puñado de ‘indepes’ sentados en mitad de la calzada jugando a tapar la calle.
Tampoco falta el anecdotario: ‘Urnas en los recreos y otros nueve casos de utilización de menores’.
Curiosamente, es La Razón la que ofrece el titular de primera más periodístico: ‘PSOE y Cs avalan usar el 155 si Puigdemont declara la secesión’. Si es verdad, claro, que lo dudo infinito. El PSOE lleva todo el proceso mareando la perdiz y saltando de una postura a la contraria. Personalmente no tengo la menor duda de que dejará colgado al Gobierno a la primera ocasión que olisquee la mínima ganancia electoral.
Y luego está el mundo de El Periódico. Yo quiero vivir en ese mundo, donde lo más importante del día es Mónica Belluci recogiendo un premio y cuya reivindicación de la jornada es la bajada de un impuesto.
A mí, la verdad, me llevan los demonios leyendo la prensa nacional. Es como haberte pasado décadas junto a una señora en el parque que contempla cómo su hijo hace gárgaras con huesos de aceituna. Uno le advierte amablemente que, tarde o temprano, el niño se va a atragantar, y la señora responde en cada ocasión indignada y solemne asegurándonos que, por el contrario, hacer gárgaras con huesos de aceituna es el mejor modo de evitar atragantamientos y que es evidente que yo no sé una palabra de pedagogía moderna.
Luego el niño se atraganta y los aspavientos asombrados de la señora nos suenan, la verdad, bastante irritantes.
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