«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La amenaza autoritaria

El juicio a los de Alsasua, la no dimisión de Cristina Cifuentes, los dimes y diretes de nuestra judicatura con la alemana y las alarmas grandilocuntes de Macron protagonizan las primeras de nuestras cabeceras hoy.
El País, claro, abre con el presidente francés: ‘Macron alerta del avance del autoritarismo en Europa’. Es curioso, porque eso es bastante más vago y suena menos alarmante que otra ‘profecía’ del francés, la de una «guerra civil» en Europa.

Lo curioso del discurso de Macron es que ambos mensajes son, en algún sentido, ciertos y oportunos pero, como exige el guion de la modernidad, los dos están interpretados al revés.
Las decisiones de Bruselas tienen cada día más peso en nuestras vidas y son ca vez más intrusivas, y proceden de una casta autosostenida que ningún pueblo europeo ha elegido. Esa sería una buena definición de autoritarismo, pero, sorprendentemente, Macron no se refiere a eso. Se refiere al nacionalismo, que apenas puede ser autoritarismo porque aún no es autoridad.
En cuanto a lo ‘guerra civil europea’, es sencillamente un absurdo, una exageración retórica, porque Europa no es una nación. Ya sabemos que Macron salió de la penumbra política francesa de la mano de quienes están empeñados en que lo sea, pero no sé si es prudente levantar la liebre tan pronto, y quizá por eso El País haya evitado titular por ahí.

Desde luego, no parece el momento más oportuno para recordar que quieren hacer de Europa un solo Estado cuando tenemos delante la última prueba de nuestras discordias continentales y la premonición de cuál sería nuestro lugar en esta nación de fantasía con respecto a los grandes.
Me refiero, naturalmente, al caso que abre El Mundo, ‘El TS hace frente al tribunal alemán por su «falta de rigor».  Me faltan conocimientos jurídicos para dilucidar, pero lo innegable es que los jueces alemanes han necesitado unas pocas horas para despreciar lo que nuestros jueces han precisado meses en argumentar. Y aún no somos el mismo país; ahora imaginen que lo fuéramos.

La foto de primera de El Mundo recoge a Susana y Pedro juntos en la Feria de Sevilla, ella de flamenca, y un comentario bajo el titular ‘La feria va por dentro’ que contradice el buen rollo aparente que transmite la instantánea.
Lo de Cifuentes es la segunda noticia: ‘Cifuente se disculpa por su trato de favor y el PP redobla su pulso a Cs’. La presidente madrileña es la foto en El País, retrato tras una puerta, y su titular es menos benévolo aunque se sirva de las misma palabras de Cifuentes: «No dimito. Me apoya el presidente». Así que, ya saben, el pulso que el primer partido de España está perdiendo con un partido ayer casi desconocido lo gana el segundo sin moverse, solo esperando que el primero cometa errores como este.

ABC dedica toda su primera al juicio de quienes dieron la paliza a los guardias civiles en Alsadua, y sobre la foto de los acusados despliega declaraciones alarmantes que pudieron oírse en la vista. ‘Condenados a declarar tras un biombo’, reza el titular.
La foto, de pésima calidad, se repite en la primera de La Razón, aunque la noticia que abre es esta otra: ‘El Supremo rectifica al tribunal alemán e insiste en la rebelión’. Al lado, ‘Los barones del PP alertan del coste político del «caso Cifuentes».

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