Si me dijeran que los redactores de El País se fueron el lunes de vacaciones de Navidad y dejaron ya preparada la primera de hoy, tendría razones para creerlo. Miren con qué abren: ‘Ciudadanos y ERC llegan a las urnas en lucha por la victoria’. ¿En serio? Nunca lo hubiera imaginado.
En la foto, un hombre mira una pintada: ‘Concluye en Cataluña una campaña electoral turbulenta’. Voy de sorpresa en sorpresa con los chicos del diario de referencia. Qué haríamos sin él.
También me entero de que ‘Los alcaldes de Podemos afrontan la contestación interna’, me cuentan que Cebrián le pasa el testigo a Polanco y me hablan de la ‘trama rusa’. Yo qué sé.
En ABC, el rostro no del todo desagradable de Inés Arrimadas, tan en primer plano como un cartel electoral (guiño, guiño). El rotativo la entrevista y titula con un entrecomillado: «Tenemos la oportunidad histórica de ganar al separatismo».
Pero aunque su ‘padre’ espiritual se arrime a Arrimadas, La Razón sigue fiel a los perdedores por aquello de que nadie muerde la mano que le da de comer. En la foto, Albiol, Rajoy y Levy levantan el pulgar y sonríen porque, qué demonios, hay que sonreír. Glosando la foto, el más patético de los pies: ‘El verdadero voto útil’.
He descubierto que cada vez que se añade antes del sustantivo el adjetivo ‘verdadero’ suele ser para expresar un disparate especialmente sonoro -‘la verdadera democracia’, ‘el verdadero patriotismo’, y así-, y en este caso resulta tan creíble como la sonrisa de los personajes.
Arriba, abriendo, titular en catalán y olé: ‘Votarem’. Debajo sacan el inicio del editorial, a modo de bando «¡Españoles, la patria está en peligro!». Pero, en este caso: ‘Una participación masiva para el cambio en Cataluña’, uno de esos titulares que, pese a ser relativamente breves, fuerzan al bostezo antes de terminarlo.
Y llegamos al único de mis diarios que da noticias, El Mundo. En este caso, y siendo el día que es, una noticia particularmente grave y significativa. El periódico ha tenido acceso a lo que sucede en los cursos que ERC da a sus apoderados y, la verdad, si es cierto resulta más que preocupante.
El titular es un entrecomillado, palabras del monitor que imparte el curso: «Si la mesa no se aclara con el recuento, haremos que cuadre». Lo suponemos traducido del catalán, pero yo no he podido evitar leerlo con acento siciliano.
Un ejemplo: «Legalmente, no podéis hacer nada, pero con mano izquierda podéis hacer todo. Podéis colocar papeletas, podéis participar en el recuento… En teoría no podríais participar, pero el presidente de la mesa puede ser vuestro vecino o el frutero. Y si os ofrecéis…».
¿No es maravillosa la democracia?
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