«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

No sé, Rick, parece falso

Que ETA anuncie su ‘disolución’ amarillea mis periódicos, los devuelve casi al blanco y negro, como si anunciase otro tanto Mecano o, si me apuran, Mocedades. Es un acto indecente de narcisismo solipsista.
Pero, como todo en esta vida, tiene sus utilidades, sus aplicaciones. ETA siempre las ha tenido. ETA fue y sigue siendo un contrapunto a tanta retórica hueca de derechos y libertades, lo que para muchos disolvía los discursos de libertad en un charco de sangre.

Porque ETA es la negación perfecta de lo que defiende nuestro sistema, incluso de lo que dicen defender los que se dicen contrarios a él: frente a negociación, diálogo y libertad, la imposición más directa, la de la pistola y la bomba; frente a la discusión y la racionalidad, el miedo.
ETA sembró el miedo, un miedo que en muchas partes, en muchos momentos, se podía cortar con un cuchillo, se podía oler como es fama que hacen los animales; era un partido extraoficial con el que todos contaban explícita o implícitamente  y cuyo lema de campaña era un certero tiro en la nuca. Puede considerarse abusivo e irritante, casi intimidatorio, el actual «si no piensas como yo, eres un fascista», pero es un avance enorme frente al «si no piensas como yo, te mato».
De ahí la utilidad de la banda a la que me refería antes: si disculpas a ETA, si minimizas sus crímenes, si te fotografías con sus viejos líderes, ya sé quién eres, y todas tus otras palabras me sobran.
Ya sé quién eres y por dónde estás dispuestos a pasar para conseguir lo que quieres. Ahórrate tus lágrimas de plañidera de todo a un euro, abstente de reivindicar derechos y libertades, porque estás dando por bueno el miedo y la muerte indiscriminada como herramienta.
Ese es el único papel bueno de ETA, a su pesar.
‘ETA desaparece entre el rechazo masivo y la admisión de su fracaso’, abre El País, dos afirmaciones enormemente matizables.
Matizable es, se me ocurre, que el rehazo a ETA dentro de Podemos pueda llamarse ‘masivo’; al menos, es muy poco insistente y bastante ambiguo.

En cuanto a su fracaso, si consideramos la correlación de fuerzas entre todo un Estado del Primer Mundo y una banda clandestina, no sé cuál podría ser su éxito. Consiguieron que el Estado negociara. Sus pistoleros son recibidos como héroes en muchas localidades del País Vasco, sus apoyos políticos gobiernan y participan en política. No sé, Rick.
La foto corresponde a un bar de Hernani con la televisión encendida, y nos cuenta cómo en aquella localidad vasca vecinos que han pasado años sin hablarse han empezado ahora a hacerlo. No sé muy bien, la verdad, cómo puede uno hablar relajadamente con alguien sabiendo que a ese alguien le parecía estupendo que te saltasen la tapa de los sesos.

ABC sale en negro, con el comunicado de ETA en el centro, bastante pequeño. ‘ETA ennegrece aún más su historia’ .
El mismo motivo fotográfico en El Mundo, un tipo mirando la tele en un bar de Gernika. Y de titular de apertura, ‘ETA, punto y seguido’. Es fascinante comprobar la vanidad de los asesinos, como una vedette envejecida que no se resigna a no estar ya bajo los focos.

En La Razón, ‘ETA se disuelve para iniciar el «procés» en el País Vasco’.
En fin.

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