«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Usted es el producto

Tienen sus datos, todos. Saben todo de usted. Le conocen mejor que sus amigos, mejor que su cónyuge, mejor que usted a usted mismo, quizá. Son las redes sociales, muy especialmente la reina de todas ellas, Facebook. Y los políticos se han lanzado sobre el análisis de esos datos -Big Data- para venderle su candidatura, exactamente igual que las empresas lo usan para venderle un SmartPhone o un libretón.
Curiosamente, es noticia hoy, porque se ha decidido formar un escándalo con el caso de Cambridge Analytics. Digo ‘curiosamente’, porque quien tuviera interés en el asunto ya lo sabía hace tiempo, e incluso sin excesivo interés podía deducirse. Facebook no es gratuito porque Zuckerberg sea un filántropo que quiere conectar a los habitantes del planeta; de hecho, Facebook no es gratuito, porque usted, el usuario, no es el cliente, es el producto.
Este sabroso conocimiento lo aprovechó la campaña de Trump. Como lo había utilizado Obama, como lo usarán todos los políticos que puedan comprarlo, porque el conocimiento es poder.

El País lo entiende, y abre con ello en estos términos: ‘Cerco político a Facebook tras una masiva filtración de datos’.
¿Qué palabra falta aquí, cuál se echa en falta? Trump.
El País aborrece a Trump con pasión inextinguible. Pero no lo nombra, ni en el titular ni en el sumario. Porque el asunto no es Trump.

Así lo da también El Mundo, que incluso le dedica la foto: ‘EEUU y Reino Unido cercan a Facebook por filtrar datos’.

Y hasta La Razón, que emplea, sin embargo, un titular retorcidamente metafórico:  ‘El mundo dice «no me gusta» a Zuckerberg’, junto a la foto de una sombra proyectada sobre el logo de Facebook.

Pero ABC, ay, ABC es la más rancia derechita, y tiene que hacer méritos: ‘La filtración masiva de datos cerca a Facebook y salpica a Trump’. La ilustración, el logo de Facebook con el inconfundible tupé rubio anaranjado del presidente gringo. A Trump. Ya.
Todo este asunto invita a fascinantes reflexiones. Los datos sobre los usarios se han empleado siempre. Se llama ‘estudio de mercado’, y son esenciales tanto en el lanzamiento de un producto como en la presentación de un candidato o de una iniciativa política.
Es igualmente cierto que, al estudiar el modelo de negocio de la red social, todo el mundo sabe que con lo que hace dinero Facebook es vendiendo a las empresas lo que sus usuarios revelan de sí mismos.
Por otra parte, no nos están hipnotizando para que les votemos. Toda propaganda tiene un límite, o la democracia habría dejado de tener sentido alguno. De hecho, como confiesa uno de los altos directivos de Facebook, la empresa deseaba ardientemente (‘badly’) que ganara Clinton, y perdió. Por no hablar de todos los medios de peso. No, la propaganda no es omnipotente.
Hablando de redes sociales, El País saca también a primera que ‘Madrid cerró el Twitter de la policía durante los sucesos de Lavapiés’. El instinto soviético es fuerte en ellos. Si pudieran, solo tendríamos su luminosa verdad.
La primera noticia de El Mundo es que ‘La jefa del Imserso llevó al notario el saqueo del PP de Madrid’. Uno observa uno a uno los partidos mayoritarios y se pregunta cómo hemos podido llegar a esto, a ser gobernados por semejante tropa cuando somos nosotros los que la elegimos.
Y en La Razón, ‘Investidura de pasión’, referida a ese psicodrama que se vive en Cataluña y que poco a poco pierde interés para el resto de los españoles, sobrepasados ya.

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