Incurrir en un delito de enaltecimiento no es «hacer arte». Tampoco es «libertad de expresión». Los miembros de este grupo de rap de extrema izquierda han sido condenados por pedir «gulag», llamar a «la lucha armada» y la kale borroka.
Uno de los integrantes del grupo de rap La Insurgencia ha publicado un vídeo en You Tube titulado «a la cárcel por mis canciones» en el que señala que «sus compañeros y él» han sido condenados por sus «letras y rap», y que la condena «no hace más que demostrar el carácter represivo del Estado español» que vemos «desde siempre», y es un «atropello bestial». «Sabemos que nos somos los primeros y no seremos los últimos. Seguirá entrando gente en la cárcel por hacer arte», añade, antes de aseverar que ellos «han hecho algo bueno».
Los miembros de La Insurgencia no han sido condenados a dos años y un día de prisión por «hacer arte» sino, según la Audiencia Nacional, por ensalzar de forma «sistemática» a los Grapo y a sus miembros en las letras de las canciones que publicaban en Youtube y que contenían un «discurso violento». Algunas de las letras del grupo recopiladas en el sumario dicen «aquí se apoya la insurrección armada, el que no sea partidario se convierte en adversario»; «hacen falta comandos que empuñen las pistolas»; «también hacen falta muchos contenedores ardiendo» o «El capitalismo no puede reformarse debe destruirse mediante la fuerza, al gulag malditos sinvergüenzas». Además, llaman a la «lucha armada»: «Me miro la cartera no me queda nada, dime cómo no voy a pensar en la lucha armada», aseveran.
Esto hasta ahora es delito de enaltecimiento del terrorismo. Y decimos hasta ahora porque dirigentes como Pablo Iglesias, el mismo que llamó «preso político» al exmiembro de ETA, Arnaldo Otegi, abogan por reformar el Código Penal para «suprimir el artículo 578» que regula el delito de enaltecimiento del terrorismo ya que «puede limitar o coartar el derecho a la libertad de expresión».
La sentencia de la Audiencia Nacional considera que el grupo difundía un «discurso violento» a través de internet y ensalzaba «de manera casi sistemática a la organización terrorista» de los Grapo, así como a sus integrantes.
Desde su creación en julio de 2012, contaba con 1.900 seguidores y más de 400.000 visualizaciones en Youtube, donde publicaban canciones que, según la sentencia, si bien no siempre mostraban «el mismo grado de violencia», sí mantenían una «tónica subversiva frente al orden constitucional democrático».
El grupo está formado por, al menos, dieciocho raperos, trece de ellos españoles -los doce condenados más un menor de edad- y otros cinco de nacionalidad sudamericana que, a pesar de publicar canciones individualmente, «trabajaban de forma coordinada como un único colectivo» identificado con la «extrema izquierda radical».
Alegaron durante su declaración en el juicio que sus letras eran metáforas y pensamientos, extremo que niega el tribunal al considerar que «cuando mencionan en las letras de las canciones a una u otra organización, a los acusados les consta su connotación terrorista». También se desentendieron los encausados de algunas de las imágenes «altamente agresivas» que aparecían en los vídeos de Youtube, si bien el tribunal considera que no pueden desligarse de la actividad de enaltecimiento del terrorismo porque los raperos «las conocían» y no tenían intención de retirarlas.
Asimismo, explica la sentencia que las letras presentan «continuadas alusiones que entrañan abiertamente una loa a la organización terrorista Grapo y que, además, «si bien de forma puntual», incluyen a la organización terrorista ETA».
Los mensajes publicados por el grupo, además de alabar a los Grapo, también tienen una tendencia antisistema contra la Monarquía, el Gobierno o la Policía. «Yo no lleno salas, diciendo que el Rey tiene una bala con el nombre de Lasa y Zabala, terrorismo institucional» es uno de los mensajes que el grupo expresaba a través de sus canciones.
Además de la pena de prisión por un delito de enaltecimiento del terrorismo, la sección cuarta de la Sala de lo Penal ha condenado a los raperos a una multa de 4.800 euros, a razón de diez euros diarios durante seis meses, y a la inhabilitación absoluta durante ocho años y un día.
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