El Ministerio de Asuntos Exteriores liderado por José Manuel Albares, ha ejecutado un nuevo relevo fulminante en su cuerpo diplomático. En esta ocasión, la decisión ha recaído sobre el embajador de España en Bélgica, Alberto Antón, quien ha sido cesado de su puesto tras ser captado en vídeo cabeceando durante un discurso del propio Albares en la reciente Conferencia de Embajadores, celebrada en Madrid.
Fuentes diplomáticas han confirmado que el motivo detrás de la destitución es la imagen que ofreció Antón mientras el ministro pronunciaba un extenso discurso de una hora, en el que delineaba las prioridades de la política exterior española para 2025. La grabación de Antón dormitando se viralizó rápidamente entre sus compañeros de carrera, avivando comparaciones con un antiguo episodio en Corea del Norte, cuando un alto cargo fue ejecutado por dormirse en un acto oficial frente a Kim Jong Un.
Quince días después de aquel incidente, el Consejo de Ministros ha aprobado la solicitud del plácet a las autoridades belgas para reemplazar a Antón con José María Rodríguez Coso, actual embajador en Luxemburgo. Se espera que el Ejecutivo belga ratifique la decisión en las próximas semanas, momento en el cual el ministro Albares llevará el nombramiento formal al Consejo de Ministros.
El relevo de Rodríguez Coso en Luxemburgo será asumido por Nieves Blanco, actual embajadora en Lituania y esposa del representante permanente de España ante la Unión Europea, Marcos Alonso. Según fuentes diplomáticas, la designación responde a criterios de reagrupamiento familiar. Alonso, compañero de promoción de Albares en la carrera diplomática, se ha convertido en uno de sus colaboradores más cercanos dentro del ministerio.
Antón había asumido su puesto en Bruselas en septiembre de 2022, tras haber dirigido la Escuela Diplomática. Su destitución llega apenas dos años después, a pesar de que lo habitual en estos destinos es completar un periodo de cuatro años. Este movimiento confirma la determinación del ministro de aplicar una línea dura en la gestión del cuerpo diplomático.
Ahora, el embajador cesado deberá regresar a Exteriores sin un destino asignado, justo cuando las nuevas plazas en el extranjero están a punto de ser adjudicadas. Las mismas fuentes dan por hecho que Albares lo relegará a tareas sin peso específico en el ministerio, una práctica conocida en el ámbito diplomático como «hacer pasillo», hasta que se convoque un nuevo concurso de destinos.
Licenciado en Derecho e ingresado en la carrera diplomática en 1985, Antón ha ocupado cargos en diversas embajadas, incluyendo Kazajistán entre 2008 y 2012. Su destitución, a tan sólo tres años de su edad de jubilación, es vista por varios colegas como un castigo desproporcionado para un diplomático de su trayectoria.
El cese de Antón es sólo el último episodio de una serie de decisiones que han generado inquietud dentro del ministerio. En semanas recientes, la destitución inesperada del embajador en Croacia, Juan González-Barba, tras publicar un artículo en defensa del rey Felipe VI, ya había encendido las alarmas sobre la gestión del ministro.
Otro motivo de descontento es la sustitución inesperada de embajadores que todavía no habían cumplido su ciclo de cuatro años en sus respectivos destinos. En noviembre, se publicó un listado con una veintena de embajadas que serían renovadas en 2025, lo que llevó a muchos diplomáticos a asumir que su puesto estaba asegurado hasta 2026. Sin embargo, algunos han sido informados recientemente de que serán reemplazados de manera anticipada.