«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Cuenta con 14 millones de metros cúbicos de almacenamiento

Así es la presa construida por Franco en 1970 que ha evitado el desbordamiento del río Manzanares en Madrid

Franco, durante la inauguración de la presa. Redes sociales

La presa de El Pardo, situada al norte de Madrid y construida en 1970 bajo el régimen de Francisco Franco, ha jugado un papel crucial en la regulación del caudal del río Manzanares. Esta infraestructura hidráulica, con una capacidad de almacenamiento de 14 millones de metros cúbicos, ha sido esencial para controlar el nivel del agua durante las últimas semanas de lluvias intensas. Su gestión ha permitido prevenir desbordamientos tanto en áreas rurales como en zonas densamente pobladas de la capital.

Durante episodios meteorológicos extremos, como los temporales que estos días han azotado la Comunidad de Madrid, las autoridades competentes —como la Confederación Hidrográfica del Tajo— incrementan el caudal del desembalse para mitigar riesgos de inundaciones. Todo el proceso es supervisado en tiempo real por los servicios de protección civil y emergencias, con el fin de garantizar la seguridad de los vecinos que viven en las proximidades del río.

El Manzanares nace en lo alto de la Sierra de Guadarrama, concretamente en el Ventisquero de la Condesa, a más de 2.100 metros de altitud, en la vertiente sur de la Cuerda Larga. Desde sus orígenes en este entorno de alta montaña, el río comienza un largo recorrido hacia el sur, atravesando paisajes naturales de gran valor y diversos núcleos urbanos, incluido el corazón de la ciudad de Madrid.

Antes de adentrarse en la capital, el Manzanares cruza parajes de enorme riqueza ecológica, como La Pedriza, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Esta zona, famosa por sus formaciones rocosas graníticas, ha sido reconocida como Reserva de la Biosfera por su biodiversidad y su papel en la protección de especies autóctonas.

En su tramo madrileño, el río también recorre espacios protegidos como el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el Parque Regional del Sureste. Estos entornos desempeñan un papel vital en el mantenimiento de los ecosistemas fluviales, sirviendo como corredores ecológicos y refugio de flora y fauna únicas del centro peninsular.

Tras su paso por la capital, el Manzanares prosigue su curso hasta desembocar en el río Jarama, en el municipio de Rivas-Vaciamadrid. Esta confluencia representa el destino final del río, cuyas aguas se integran al sistema hídrico del Jarama, uno de los principales afluentes del Tajo, el río más extenso de la península ibérica.

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