«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Escondidos: Así celebran la Navidad los cristianos marroquíes

Los cristianos marroquíes, que en los últimos años han salido de la clandestinidad, han decidido este año evitar las celebraciones en público de la Navidad para «no crear cismas» en la sociedad, según ha explicado a Efe su portavoz, Mustafa Susi.

Susi, portavoz de la Coordinadora Nacional de Marroquíes Cristianos, ha indicado a Efe que las celebraciones se harán de manera «normal» como en años anteriores, es decir, en círculos privados, sin que esto esté acompañado de publicidad y sin asistencia de periodistas.
«Nuestro principio es que si nuestras reivindicaciones van a crear cismas, tendremos que esperar; la seguridad del Estado está por encima de todo», ha declarado.
Los cristianos autóctonos marroquíes han adquirido en los últimos años una mayor visibilidad después de que varios de ellos salieron en la prensa local a cara descubierta para reivindicar sus derechos para poder rezar en iglesias, tener nombres cristianos, celebrar sus matrimonios según su fe y ser enterrados en cementerios no musulmanes.
Con motivo del Día de los Derechos Humanos, la Coordinadora Nacional de Marroquíes Cristianos dirigió una carta abierta al presidente de Gobierno, Saadedin Otmani, a los dos presidentes de las cámaras parlamentarias y al presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos para reclamar reconocimiento oficial de su comunidad.
La coordinadora ha explicado que sus reivindicaciones están legitimadas por los convenios internacionales que garantizan la libertad de conciencia.
Los cristianos celebran sus rituales en apartamentos privados fuera de la luz pública que hacen las veces de iglesias clandestinas. Según varios observadores, el número de marroquíes que profesan el cristianismo se evalúa en varios miles aunque no hay cifras oficiales, y se concentran principalmente en regiones del sur del país.
Marruecos es un país suní de rito malekí y nunca ha tolerado en su historia conversiones al cristianismo, ni al rito chií, prohibidos en el país. Solo admite a la minoría judía, establecida en su territorio desde hace siglos.
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