Un total de 4.003 personas fallecieron por suicidio en España en el año 2021, lo que supone un incremento del 4,4% respecto a 2019, año anterior a la pandemia de la Covid-19.
Así lo refleja el estudio ‘Evolución del suicidio en España en este milenio’ presentado este jueves por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM ISCIII) en la Universidad Complutense de Madrid.
El informe revela que en 2020, primer año de la pandemia, un total de 3.941 personas fallecieron en España por suicidio, una cifra que supone un aumento del 3,6% en relación a 2019 y del 5,5% en relación al punto de cambio de tendencia en 2018.
«Las noticias no son buenas, el suicidio, lejos de disminuir, está aumentando. Estaba ya aumentando antes de la pandemia y después de la pandemia el aumento es muy significativo«, ha advertido el catedrático en Psiquiatría y director del Centro Colaborador de la OMS para Investigación y Formación en Servicios de Salud Mental en la Universidad Autónoma de Madrid, José Luis Ayuso.
En la misma línea, el experto ha lamentado que las cifras de suicidio en España «indican una tendencia creciente» y ha asegurado que, aunque «afortunadamente hay muchas personas que hacen un intento de suicidio y no es mortal», por cada «cinco que han intentado suicidarse, uno lo va a repetir».
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de personas fallecidas por suicidio en España en 2021 fue de 8,45 personas por cada 100.000 habitantes.
El estudio presentado este jueves recalca que en 2021 se corroboraron las tendencias poblacionales vistas en años anteriores: una mayor tasa de muertes por suicidio en hombres y en personas de mediana edad (40-64 años) y un aumento de la mortalidad por suicidio en personas no nacidas en España.
En concreto, la mitad de la población que murió por suicidio en España en 2021 tenían entre 40 y 64 años; el 87% nacieron en España, aunque el incremento de migrantes suicidados llegó al 24%; y el 32% vivía en capitales de provincia y el 26% en el medio rural. Además, tres de cada cuatro fallecidos por suicidio fueron hombres.
Ante estos datos, el investigador principal del Grupo de Investigación en Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental de la Universidad Complutense de Madrid, Alejandro de la Torre, ha alertado de que las expectativas «no son muy alentadoras» para el 2022, ya que «se espera que siga la tendencia creciente».
Por ello, los expertos reclaman un Plan Nacional del Suicidio que «implique a todos los agentes sociales». «La conciencia social es fundamental para prevenir el suicidio, cada una de estas muertes podría ser evitada. Se está haciendo mucho pero necesitamos dar algún paso un poco más ambicioso», ha reclamado de la Torre.
En relación a distribución geográfica, se observan las tasas más altas de mortalidad por suicidio (tasas superiores a 10 por cada 10.0000 habitantes) en Galicia (todas las provincias), en Asturias, Castilla y León (provincias de Zamora, León, Palencia, Burgos y Ávila), Aragón (Teruel y Huesca), Cataluña (provincias de Gerona) y Andalucía (provincias de Córdoba, Jaén, Málaga y Granada).
Por su parte, las provincias con mayor tasa de mortalidad por suicidio en 2021 fueron Jaén (13.1 por cada 100.000 habitantes), Zamora (14.2 por cada 100.000 habitantes) y Lugo (15.6 por cada 100.000 habitantes. Un total de 26 de las 50 provincias españolas más las dos ciudades autonómicas (52% de las provincias) sobrepasan la media de mortalidad por suicidio mundial, indicada por la Organización Mundial de la Salud para 2019 (9 fallecidos por cada 100.000 habitantes).
En cambio, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y las provincias de Guadalajara y la Comunidad de Madrid, presentan las tasas más bajas del estado.