«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El calvario de Pablo, un hombre maltratado al que le han arrebatado a su hija

Pablo lleva cuatro años sufriendo un auténtico calvario. Ha sido denunciado por su exmujer Yolanda por malos tratos y lleva sin ver a su hija -a quien están sometiendo a un cambio de sexo- desde hace casi tres años.

Pablo no tiene ningún tipo de sentencia en su contra y, a pesar de que Yolanda ha sido condenada a diez meses de prisión por maltrato en el ámbito familiar y se le ha impuesto una orden de alejamiento de su marido, ella sigue manteniendo la guarda y custodia de la menor. ¿Se imaginan un caso a la inversa, en el que un maltratador obtiene la custodia de los hijos?
Esto es lo que ha tenido que soportar el protagonista de este artículo a lo largo de cuatro interminables años:

Condena de su exmujer por malos tratos

En 2013 comienza todo. Por esas fechas Pablo y Yolanda comienzan los trámites de divorcio. Tras varias amenazas de presentar denuncias por malos tratos en su contra, tal y como relata el perjudicado a La Gaceta, se presenta en un bar a recoger a su hija. Pablo lleva un testigo para que vea todo lo que ocurre durante el intercambio y evitar así cualquier tipo de represalia en forma de denuncia falsa. Así ha estado durante años, grabando y llevando testigos a cada cita que tenía con su exmujer, para poder defenderse de las falsas denuncias.
‘’Así, mientras grababa, la acusada intentó quitarle el móvil y a continuación comenzó a darle puñetazos en el pecho delante de su hija menor’’, reza la sentencia del juzgado número 2 de Terrassa. En las grabaciones captadas por Pablo se puede escuchar a la niña diciendo: ‘Mamá, ¿estás loca? ¿Por qué le pegas al papá?’.
Yolanda es condenada en marzo de 2016 a diez meses de prisión y se le impone una orden de alejamiento de 1.000 metros durante un año y un día. La condena fue ratificada en firme por la Audiencia Provincial de Barcelona.

La custodia para ella

Al enterarse de que ha sido denunciada por Pablo, su exmujer emprende una guerra judicial con ‘’denuncias falsas’’ que aluden a presuntos malos tratos y empieza a impedir el contacto paterno filial. Pasados dos años se celebran las medidas provisionales y se pacta con la juez un punto de encuentro para obligar a la madre a que »no rompa el vinculo hija-padre” .
A raíz de esa denuncia, las medidas provisionales se fueron al traste. ‘’Evidentemente cuando te ponen una denuncia por violencia de género, aunque sea falsa, un juez no se atrave a que tengas visitas, solamente a través de un punto de encuentro’’, relata el afectado.
‘’Me dieron un punto de encuentro que la madre no cumplía. Allí mi hija -y lo tengo grabado- me dijo que la madre y los abuelos maternos la maltrataban , y que quería vivir conmigo, solicitamos que los responsables del punto de encuentro hiciesen un informe excepcional, como es su obligación, para informar a la juez del maltrato que estaba denunciando mi hija. Pero la coordinadora del centro no quiso hacerlo. Se notificó a la juez este hecho aportándole los videos grabados en el punto de encuentro, y la juez Clara Gallego en sentencia expresa que no da a lugar un informe porque ya se hizo el de oficio el 13 de junio y no advirtieron de ningún maltrato. Otro ejemplo de que esta juez no se mira las pruebas y del encubrimiento del punto de encuentro. A partir de ese momento me amenazaron con no volver a ver a mi hija si seguía grabando en el punto de encuentro, para eso me sirvió aportar las pruebas en video a la juez, pruebas que ahora se han perdido en los juzgados, pero por suerte nunca deje de grabar nada y pasaron cosas más graves”, afirma.
A pesar de que el hombre -la víctima en este caso- no tiene en su haber ninguna condena por maltrato a sus espaldas, y así lo ha podido corroborar La Gaceta mediante un certificado de penales, la Justicia decide otorgarle la custodia a ella. En el juicio, explica, el motivo esgrimido para ‘’darle la custodia a la madre es única y exclusivamente que la niña quiere estar con su madre. En este punto, ella ya está totalmente manipulada contra toda la familia paterna’’. Este juicio se produjo en 2017, tras cuatro años de la pequeña conviviendo con Yolanda y sin ver a su padre.

Comienza el circo

Televisiones y medios comienzan a dar voz a la condenada. Se presenta como una mujer maltratada que ha sufrido episodios de violencia durante su matrimonio de cerca de 20 años que nunca ha probado, ni han condenado a Pablo. Disfrazada de unicornio y junto con su madre y su hermana y un grupo de feministas radicales, Yolanda protagoniza una protesta reivindicándose como una víctimas de la ’’justicia patriarcal’’:
 

 
Yolanda se queja de que ninguna institución le ha dado apoyo y afirma haber sufrido una ‘’doble victimización’’, además de negar los hechos por los que ha sido condenada. La sentencia es clara y presenta como hechos probados, apoyados en el testimonio de un testigo y en la grabación en la que la hija de ambos le pide a su madre que ‘’deje de golpear al papá’’, los puñetazos recibidos por Pablo.

El cambio de sexo de la menor

Es sin duda lo más escabroso de la historia. Pablo ha aportado una serie de informes médicos de su hija que acreditan el trastorno que padece. Con estos documentos en la mano, en contra del parecer del Perito Judicial y de la Fiscalía, la juez Maria Carmen López decide someter a la adolescente a un proceso de hormonación para cambiarla de sexo. Curiosamente, recuerda el afectado, se trata de la misma juez que ha otorgado la custodia a la madre: ‘’No es casualidad’’.
Además, sospecha que a su hija se le estaba hormonando antes de la sentencia debido a unos análisis a los que ha tenido acceso en los que se demuestra un descontrol en los parámetros normales. ‘’Ese informe es de agosto del año pasado, y la sentencia es de enero de este año’’, explica.

Pablo pide Justicia

El hombre denuncia a La Gaceta que no entiende cómo la Justicia le ha podido entregar la custodia de su hija a una mujer condenada por maltrato. ‘’A mí lo que me parece grave es que la fiscal, en sus conclusiones judiciales asegura que en el informe del Servicio de Asesoramiento Técnico en el Ámbito de la Familia (SATAF) no se dice que la madre tenga algún problema para darle la custodia. Es evidente que ni se lo ha leído’’, afirma.
‘’Estoy destrozado y enfermo. Tengo la tensión súper alta del estrés y me tengo que tomar pastillas todos los días. Cada noche sueño que estoy con mi hija y al despertar me doy de cara con la realidad, voy por la calle y la veo en todas partes, como cuando se te muere una persona que quieres. Si no fuese por mi pareja Sandra y mi familia que me apoyan, no se que sería de mí. Gracias a asociaciones de padres que están sufriendo situaciones similares a la mía he encontrado personas que de verdad entienden mi situación, y he acabado escuchando cientos de historias horribles de cómo la ‘Justicia’ y las instituciones son cómplices del maltrato de los hijos cuando este maltrato es ejercido por la madre”, reflexiona emocionado.
 

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