La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, está barajando dejar su puesto en la entidad antes de tiempo para presidir el Foro Económico Mundial (WEF), según ha desvelado el propio fundador de la organización, Klaus Schwab, en una entrevista al Financial Times.
Aunque su mandato al frente del BCE está previsto hasta finales de octubre de 2027 y no contempla renovación, Lagarde podría dar el salto a la dirección del influyente foro con sede en Davos, justo en un momento de cambio generacional. Schwab, que acaba de cumplir 88 años, anunció su retirada inmediata en abril y la institución abrió formalmente el proceso de selección de su sucesor.
El economista alemán ha revelado, además, que las conversaciones con Lagarde sobre su eventual sucesión no son nuevas: llevan años intercambiando ideas sobre una transición ordenada. De hecho, asegura que ya se han activado gestiones logísticas para su llegada, incluyendo la reserva de un apartamento en la exclusiva Villa Mundi, propiedad del Foro, situada a escasa distancia del cuartel general del WEF.
La eventual salida anticipada de Lagarde del BCE, sin embargo, ha sido matizada por un portavoz del banco, quien afirma que la presidenta «sigue firmemente comprometida con el cumplimiento de su mandato» y no contempla abandonarlo antes de su conclusión. Lagarde asumió el liderazgo del BCE en noviembre de 2019, tras sustituir a Mario Draghi, procedente entonces de la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Durante su etapa al frente del emisor europeo, la exministra francesa ha tenido que lidiar con múltiples crisis: desde los estragos de la pandemia hasta las interrupciones en las cadenas de suministro globales, sin olvidar el auge inflacionario que sacudió la eurozona. Fue bajo su mandato cuando el BCE implementó el ciclo más agresivo de subidas de tipos de interés desde la creación de la moneda única.
De ser condenada a impulsar el euro digital
Cabe destacar que Lagarde fue condenada en 2016 por desvío de fondos públicos, hecho que no le pasó factura para ascender y llegar a presidir el BCE. Además, ahora ha dado un paso más contra la libertad y privacidad acelerando la llegada del euro digital, considerado por los expertos como una ofensiva para acabar con el dinero en efectivo.