La calle ‘Almirante Cervera’, en el barrio de La Barceloneta, ha pasado a denominarse ‘Pepe Rubianes’ en honor a un actor gallego que se ciscó en la nación española en repetidas ocasiones durante su vida
Los pretenciosamente llamados ‘Ayuntamientos del cambio’ ya han convertido la alteración de los nombres de calles en un ominoso hábito. Así, impelidos por el totalitario anhelo de reescribir el pasado en función de criterios ideológicos, los consistorios madrileño y barcelonés han retirado del callejero a cuantos personajes históricos incomodan (por su trayectoria vital o por su cosmovisión) a sus regidores: militares como el General Yagüe, filósofos como Vázquez de Mella, etc.
En este contexto, la calle ‘Almirante Cervera’, en el barrio de La Barceloneta, ha pasado a denominarse ‘Pepe Rubianes’ en honor a un actor gallego que se ciscó en la nación española en repetidas ocasiones durante su vida: ‘A mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Que se metan España por el puto culo, a ver si les explota dentro’.
En cualquier caso, lo más sangrante no es que almirante Pascual Cervera y Topete, héroe de la Guerra de Cuba, haya sido reemplazado en el callejero por este actor sin gracia alguna, sino el escarnio al que el Ayuntamiento ha sometido al primero. No en vano, durante la inauguración de la calle ‘Pepe Rubianes’, la alcaldesa Ada Colau ha motejado de ‘facha’ al egregio almirante: ‘Al artista le habría gustado que su amado público se hubiese reunido para quitarle el nombre de esta calle a un facha y ponérselo al querido Pepe Rubianes’, ha señalado Colau.
El ‘facha’ Cervera
Para contextualizar las palabras de Colau, debemos referirnos (aunque sea escuetamente) a la relevancia histórica de Pascual Cervera y Topete. Responsable de la brigada naval de la Guerra de Cuba, se enfrentó – consciente de antemano de la dificultad de la tarea y por defender ‘el sagrado nombre de España y el honor de su bandera’ – a la flota estadounidense del almirante Sampson, muy superior a la suya.
Tal es el prestigio militar del almirante Cervera que Cuba – esa españolísima isla en la que desplegó todo su talento y bravura – lo ha honrado con dos bustos: uno en el castillo de los Tres Reyes y otro en el castillo del Morro. Por otro lado, Fidel Castro (al que tan ditirámbicas palabras ha dedicado Colau en otras ocasiones) lo tildó de ‘héroe’ en junio de 1998, coincidiendo con una recepción en el buque escuela español Juan Sebastián Elcano.
Hace algo menos de un mes, el bisnieto del almirante Cervera – Guillermo Cervera Corvantes – envió una epístola a ABC en la que mostraba su indignación por la decisión de Colau: ‘Es paradójico que quienes fueron históricamente sus enemigos, los mambises (o insurrectos cubanos), honren su memoria y Barcelona, no’.
De acuerdo con Cervera Corvantes, su ancestro (y los soldados que estaban a su mando) se afanó en preservar la dignidad de un nación a la que EEUU estaba pisoteando con saña: ‘Se trata del héroe del combate naval de Santiago de Cuba [del 3 de julio de 1898] que, junto a los 2.000 hijos de nuestras tierras que dotaban su Escuadra, supo poner un broche de dignidad a aquel desastre en que se vio envuelta España’.
