La tensión es evidente en el seno de Esquerra Republicana. Hace décadas el partido adoptó una forma asamblearia, que se fue volviendo rígida con el procés. El caudillaje de Oriol Junqueras dotó al partido de cierta unidad y coherencia internas, pero la posible amnistía al líder del partido ha generado un pico de tensión.
Fuentes del partido sostienen esta tesis: «Es inevitable, en toda organización con un esquema de bicefalia, las tensiones surgen». Una bicefalia limitada por la entrada en prisión de Junqueras, pero pendiente de la posible ley de amnistía y del plazo de inhabilitación de Junqueras. En 2025 serán las elecciones autonómicas de la Generalidad y Junqueras podría presentarse.
Estas fuentes, sin embargo, no son la única voz del partido: mientras algunos argumentan que la decisión se tomará por consenso entre los miembros del partido, otras fuentes sostienen que el malestar es creciente, y el temor a la vuelta de Junqueras a la primera línea política apartaría a Aragonés de reeditar su mandato.
Con estas, un sector del partido cree evidente que la vuelta del exvicepresidente de la Generalidad sería un error electoral, pues Junqueras representa una etapa caduca en política. Su ingreso en prisión en 2017, sin embargo, puede darle legitimidad como candidato en las elecciones regionales, en medio de una tendencia decreciente de los partidos separatistas, apuntan otras fuentes.