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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La CUP pide 'asumir' la inventada 'violencia del Estado'

Los creadores del manual de terrorismo callejero para enfrentarse a la Policía se muestran victimistas antes del 21-D.


La CUP ha considerado que estas elecciones deben ser vistas como «un paso más» para «echar al Estado español del territorio en todos los niveles», pues estos comicios deben servir para «materializar la república».
Así, el exdiputado Benet Salellas ha pedido «asumir» la supuesta «violencia del Estado» con el objetivo de conseguir la independencia. «¿Cuál es la otra opción? ¿Resignarse?», ha dicho, antes de asegurar que «todavía están en fase de discusión y análisis de lo que ha pasado».
Ha asegurado que se ha descubierto que «el Estado español no es democrático». «Pretender un proceso de liberación y emancipación republicana e imaginar que esto no tendría un uso de la violencia por parte de aquellos que quieren mantener privilegios es vivir en un cuento de hadas», ha añadido. Asimismo, cree que ellos «deben persistir». «No hay ningún país ni comunidad que no haya ganado derechos y luchas a base de persistir. Debemos transmitir la convicción de que si persistimos de manera colectiva, tarde o temprano ganaremos este combate», ha dicho.
Cabe señalar que las Fuerzas de Seguridad del Estado intervinieron antes del referéndum ilegal del 1 de octubre un panfleto de «terrorismo callejero» difundido precisamente por la CUP para enfrentarse a los miembros de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional y los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil en las manifestaciones separatistas.
En el manual, la CUP publicó el lugar dónde tienen sus sedes los diferentes grupos de UIP y GRS, los tipos de formaciones que utilizan para neutralizar a los violentos, el equipamiento básico y las tácticas usadas para hacer frente a los radicales en las manifestaciones: «El cuadernillo nace para defender la postura de los que pensamos que ‘la no violencia activa’ es contrarrevolucionaria (sic) y que solo consigue  aumentar la mentalidad del no se puede».
Llamaron a la violencia contra los agentes, incluso cuando estos tratasen de identificar a los violentos -«desde aquí luchamos para que nadie sea identificado voluntariamente con el apoyo de los demás manifestantes, antes de soltar el Documento Nacional de Identidad (DNI), suelta una piedra»-. Aseguraron además que «para ser objetivos y tener posibilidades de poder hacer retroceder a esta gentuza -los antidisturbios-«, el numero de manifestantes activos debía de ser de 2 o 3 por cada policía. «Si nos tenemos que enfrentar a un grupo operativo -50 efectivos- debemos ser 100 o 150, menos seria un error».
Incluso dieron instrucciones de como acudir vestido y pertrechado a las concentraciones para eludir la acción no solo de las identificaciones sino de los gases lacrimógenos que circunstancialmente son lanzados por los agentes para disuadir a los violentos. Señalaron como avisar a los abogados y familiares tras las detenciones y dijeron que «si se optaba por llevar el teléfono móvil para estar mas comunicado con tus compañeros, había que tener en cuenta que hay en este que te pueda comprometer a ti y a ellos». 
También establecieron la forma de actuar y coordinarse, y las necesidades que como grupo organizado debían cubrir en las manifestaciones. «Compañeros con martillos y uñas levantando adoquines, recogiendo piedras de obras cercanas, reventando tabiques de cierres de locales comerciales, encargados de avisar de posibles en emboscadas, compañeros sacando petardos, pintura, gasolina escondidos de antemano, que puedan aportar tratamiento contra gas lacrimógeno… Es indispensable que haya facilitadores solidarios que faciliten el camino en el caso que haya obstáculos por salvar (sic)».
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