«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El despertar de la sociedad: España no se negocia

La España silenciosa -silenciada en Cataluña por los medios al servicio del procés- ha salido en masa a las calles en defensa de la unidad de España.

Estas últimas semanas quedarán en la memoria de millones de españoles. La España silenciosa -silenciada en Cataluña por los medios al servicio del procés- ha salido en masa a las calles en defensa de la unidad de España y para pedir que los legítimos poderes del Estado aseguren el orden constitucional.
La inacción de los representantes políticos está liquidando el imperio de la ley. Porque, tal y como afirma Santiago Abascal en La Gaceta, traición es sublevarse contra la Constitución y traición es tolerar esa sublevación. Pero lo que no está liquidando la frivolidad de las autoridades -a pesar de que Rajoy ignora lo que los ciudadanos claman en las calles- es el movimiento de apoyo a la unidad de la nación española.
La última muestra de la indignación popular por la reacción político-judicial ante los golpistas ha tenido lugar este 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional. Bronca a los que quieren romper España y ovación -más que merecida- a los garantes de la integridad del territorio español: Policía, Guardia Civil y Fuerzas Armadas.
Así, la defensa de la unidad de España frente al desafío separatista era muy perceptible entre las miles de personas que asistieron al desfile del día de la Hispanidad. Todos coincidían en que este año había «más razones para venir y lucir la bandera».
El acto central dio comienzo con la llegada de los Reyes a la madrileña plaza de Lima, donde fueron recibidos con aplausos y gritos de «viva España» y «viva la Corona». También entre vítores fueron despedidos.


Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a los caídos por España, celebrado para honrar la memoria de los militares que han fallecido en acto de servicio.


El himno nacional acompañó el izado de la bandera de España.


Miles de españoles llenaron de rojigualdas el Paseo de la Castellana y reconocieron la encomiable labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que estas semanas han sido víctimas del acoso y hostigamiento de la izquierda separatista catalana.


La Guardia Civil aprovechó además el 12 de octubre, día de la Patrona del Cuerpo -la Virgen del Pilar-, para enviar un emotivo vídeo a los compañeros desplazados a Cataluña.


En Barcelona tuvo lugar la manifestación con motivo del día de la Hispanidad más importante registrada en Cataluña. 65.000 personas, según la Guardia Urbana, salieron a la calle bajo el lema «Cataluña sí, España también». Pidieron al líder del Ejecutivo regional, Carles Puigdemont, que «rectifique».


En la Ciudad Condal se movilizó también la plataforma Respeto. En su Caravana por España participó el abogado sevillano Ángel Luis Bordas, que ha denunciado ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a Carles Puigdemont por presuntos delitos de prevaricación y desobediencia, «así como posibles delitos de rebelión y sedición si se desarrollan actos ejecutivos».


Incluso vecinos de Rentería (Guipúzcoa) celebraron, tal y como ha informado el diario digital Ikusle.com, el día de la Hispanidad colgando banderas españolas en sus balcones.

Todo comenzó el pasado 30 de septiembre cuando miles de ciudadanos entendieron que era necesario salir a las calles y las plazas de toda España ante la situación que los sediciosos golpistas están provocando en Cataluña -creando la discordia entre compatriotas e incluso entre familias- y en defensa de los catalanes y del resto de españoles que ven amenazada su nación.

Tan sólo un día después, el 1 de octubre, los madrileños volvieron a salir a la calle para defender la unidad de España.

Pasó una semana y la movilización ciudadana desbordó a los partidos. Más de 100.000 personas se concentraron el 7 de octubre en la madrileña plaza de Colón en defensa de la Constitución y el Estado de Derecho.
“España unida jamás será vencida”, “Puigdemont a prisión”, “yo soy español, español, español…” o “No nos engañan, Cataluña es España” fueron algunos de los múltiples cánticos de los allí presentes, que acudieron convocados por DENAES, fundación para la Defensa de la Nación Española.


Al día siguiente, el domingo 8 de octubre, miles de catalanes salieron también a las calles para defender la unidad de España y pedir la encarcelación de los líderes golpistas.

La España silenciosa no sólo alzó la voz en Zaragoza, Madrid, Salamanca, Tarragona o Barcelona. La movilización patriótica trascendió las fronteras de la nación. Españoles repartidos por Europa y el mundo, igualmente concernidos por el desafío separatista, también quisieron movilizarse.


Pero el movimiento de apoyo a la unidad de España ya había dado inicio. Lo hizo en el momento en el que la rojigualda comenzó a decorar las terrazas y ventanas de miles de edificios de todas las ciudades de España.



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