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PROHÍBE EL ACCESO DE LOS COMERCIANTES A LA ZONA

El Madrid 360 de Almeida amenaza con terminar con el Rastro después de 400 años de historia

El Madrid 360 del alcalde, José Luis Martínez Almeida, amenaza con terminar con una de las tradiciones más antiguas y características de la capital y, lo que es más importante, que da de comer a unas 1.000 familias: el Rastro de Madrid.

Desde que entró en vigor el plan del regidor popular para reducir la contaminación en la ciudad –que prometió en campaña que no aplicaría–, la libertad de los comerciantes ambulantes que trabajan en el popular mercadillo se ha ido mermando hasta llegar a un punto insostenible.

«Después de meses sin poder trabajar por la pandemia, ahora no podemos entrar con nuestras furgonetas al centro para trabajar. Todavía las estamos pagando y no podemos permitirnos comprar una nueva», denuncia Iván Muñoz, vicepresidente de la Asociación de Comerciantes Ambulantes de Madrid (ACOAM).

Las restricciones vigentes, que ya limitan el acceso de los comerciantes a solo algunas horas al día para los vehículos que tiene etiqueta B, C y ECO –los de etiqueta A ya no pueden acceder–, se endurecerán a partir del 1 de enero de 2023 como parte del calendario que el Ayuntamiento ha puesto en marcha para ir implantando progresivamente Madrid 360.

Así, a partir de la citada fecha, los transportes con etiqueta B tampoco podrán entrar ya en el centro de la ciudad y, si lo hacen, recibirán una multa de 200€ cada vez que lo hagan. «Quedan menos de tres meses para que nos multen con 400€ al día porque entramos en la zona y salimos dos veces al día y estamos en la zona unos minutos, descargamos el furgón apagado y salimos de la zona», detalla Muñoz.

Lo que más molesta a los comerciantes es que los vehículos con una MMA de más de 3.500 kilos y menos de 18.000 –como los camiones– sí que podrán seguir entrando en la ciudad en 2023 y disponen de una moratoria para poder hacerlo hasta 2025; mientras que los de una MMA menor –sus furgonetas–, no. «Esos vehículos contaminan más que los nuestros. Lo que pedimos es una moratoria como la que tienen estos vehículos industriales», explica.

Las restricciones de Almeida afectan a un 40% de los trabajadores del Rastro que, por el momento, no han recibido ninguna solución por parte del consistorio más allá de la recomendación de que metan sus vehículos en un parking. «Hemos mandado una carta al alcalde y otra a Ayuso, pero la transmiten a Movilidad y ellos no nos dan ninguna solución. Pedimos que den soluciones lo antes posible», explica el vicepresidente de ACOAM.

Pese a que Almeida utilizó como bastión de campaña el lema «Con Almeida Madrid Central se acaba el 26 de mayo”, la realidad es que la situación actual en Madrid es aún peor que con la exregidora Manuela Carmena. Con el anterior proyecto estos comerciantes tenían permisos de 24 horas para acceder con sus furgonetas sin distinción medioambiental los días de mercado y descargar la infraestructura y mercancías necesarias para la puesta a punto de los puestos, pero actualmente se arriesgan a ser sancionados con una multa.

«Ya hemos estado un año y medio al cincuenta por ciento en todos los mercadillos de Madrid y ocho meses cerrado el Rastro. Pedimos al Ayuntamiento que nos entienda de una vez porque la situación económica que tenemos es muy grave. Tienen que entender que no podemos comprar una furgoneta nueva ahora mismo ya que las ventas han caído un 50% y la mercancía ha subido un 30%. Esperamos una respuesta rápida por parte del equipo de Gobierno del Partido Popular», zanja Muñoz.

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