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ALGUNAS PENDIENTES DESDE 2014

El nuevo Congreso heredará una quincena de leyes y la lista de candidatos al CGPJ

Congreso de los Diputados. Europa Press

El nuevo Congreso que surja de las elecciones generales del 23 de julio, que se constituirá el 17 de agosto, heredará una quincena de iniciativas legislativas, entre ellas dos cuyo debate está pendiente desde 2014, así como la renovación de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que llevan con su mandato caducado desde diciembre de 2018.

Tras la disolución de las Cortes se pierde casi todo que lo que estaba registrado en el Congreso, pero hay algunas excepciones, que son las iniciativas procedentes de otras instituciones como los parlamentos autonómicos, el Poder Judicial, el Defensor del Pueblo o el Tribunal de Cuentas.

La iniciativa más antigua con la que se encontrará el próximo Congreso data de 2014. Se trata de una reforma constitucional procedente de la Junta General del Principado de Asturias que busca ampliar la participación ciudadana para, por ejemplo, poder pedir la celebración de un referéndum si se logran 500.000 firmas.

En la herencia figuran, además, otras dos reformas de la Constitución impulsadas desde Cámaras autonómicas. Desde octubre de 2018 lleva esperando ser tramitada la enviada por el Parlamento balear para que la isla de Formentera elija un senador y en la misma situación hay otra de las Cortes Valencianas para la reintegración efectiva del Derecho Civil Valenciano, que llegó al Congreso en febrero de 2020.

Iniciativas ciudadanas

En esta lista hay también cinco Iniciativas Legislativas Populares (ILP), leyes promovidas por la sociedad civil con distintos propósitos. En diciembre de 2020, el Pleno aceptó tramitar una relativa al coste de las prestaciones de dependencia que había recalado en el Congreso en 2014, pero luego ya no hizo nada más.

En enero de 2021 se llegaron a presentar enmiendas parciales a otra ILP sobre ratios de enfermeras para garantizar la seguridad del paciente en centros sanitarios y otros ámbitos, una ley que entró en la Cámara en 2018, pero que ha quedado en el tintero y habrá que ver si se reactiva en la próxima legislatura.

El pasado mes de mayo llegó a presentarse ante la Comisión de Trabajo la ILP para una regularización extraordinaria de personas extranjeras, pero ya no se pudo avanzar más por la disolución de las Cortes.

Sólo se salvan las leyes autonómicas que no arrancaron

Y también quedan para la próxima Cámara otras cuatro proposiciones de ley autonómicas que no dio tiempo a someter al debate de toma en consideración, es decir, cuya tramitación no llegó a arrancar. Dos llevan la firma de la Asamblea de Murcia —una para el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura y otra sobre custodia compartida—; otra llegó desde el Parlamento catalán, y busca garantizar cajeros automáticos en «municipios en riesgo de exclusión financiera» y otra sobre demarcación y marca judicial, procedente de la Asamblea de la Comunidad de Madrid.

Por contra, con la disolución del Congreso caducaron siete iniciativas legislativas procedentes de comunidades autónomas que no pueden pasar a la siguiente Cámara porque ya se había iniciado su tramitación en la que ha quedado disuelta.

Una de ellas es la remitida por el Parlamento de Galicia en la XII Legislatura para de transferencia de la titularidad de la AP-9. El Pleno aceptó tramitarla en febrero de 2021, los grupos llegaron a presentar enmiendas y empezaron a discutirlas en ponencia pero, pese a que la ley había sido aprobada por unanimidad en Galicia, el PSOE y el PP no lograron un acuerdo y finalmente el texto quedó varado.

Además, la nueva Cámara tendrá que hacer frente también a la renovación del Consejo General del Poder Judicial, un asunto que lleva pendiente desde diciembre de 2018, y que pese a haber hecho varios intentos, el PSOE y el PP han sido incapaces de desencallar.

En el registro de la Cámara sigue estando la lista de magistrados propuestos por sus compañeros de profesión y por las asociaciones judiciales, una relación de nombres de la que deben salir los 12 vocales de extracción judicial que consensuen los partidos. Las otras ocho plazas se reservan a juristas que en su momento propongan las formaciones políticas.

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