Julián Leal, víctima del acoso de la izquierda, se vio obligado a dimitir como portavoz del sindicato mayoritario de la Policía Municipal de Madrid por mostrar su rechazo al desafío separatista.
Obligado a dimitir por defender la unidad de España. Se trata de Julián Leal Luna, hasta este lunes portavoz del Colectivo Profesional de la Policía Municipal de Madrid (CPPM) -sindicato mayoritario en el Cuerpo-, que no tuvo más opción que la de dejar el cargo ante el acoso y derribo al que estaba siendo sometido por parte de la extrema izquierda. ¿Su ‘delito’? Acudir a una movilización en Atocha el pasado 1 de noviembre coincidiendo con la llegada de los miembros de la Mesa del Parlamento catalán que al día siguiente estaban citados a declarar en el Tribunal Supremo.
Eran más de siete los años que Leal llevaba al frente de la portavocía del CPPM, por lo que ahora se encuentra “hecho polvo, destrozado”. Así lo aseguran a La Gaceta personas del círculo cercano al agente municipal, que aclaran que asistió a la protesta “a título particular” y se muestran convencidos de que todo ha sido “una campaña orquestada desde el Ayuntamiento de Madrid”. “Está triste, apenado y con rabia contenida, porque no es justo lo que le han hecho”, lamentan.
Un amigo de la localidad en la que reside llamó a Leal para desplazarse a Atocha a recibir a los separatistas. El ahora exportavoz, “firme defensor de la unidad de España y enamorado de su país y de su bandera”, no dudó y acudió a la cita. Reiteran que lo único que hizo fue defender su libertad de expresión -eso que tanto predica la izquierda- y “mostrar su rabia contra una banda de golpistas”.
En la protesta también estaba presente el colectivo identitario Hogar Social Madrid, grupo con el que Leal no tiene vinculación alguna. El policía se movilizó, afirma su entorno, para mostrar su «profunda indignación» ante «aquellos que cometen atropellos continuos contra el Estado de derecho y que perjudican gravemente la normal convivencia entre todos los españoles de bien». También rabia. “Rabia porque piensa, como una gran mayoría, que los separatistas se están riendo de nosotros”, añaden.
Horas más tarde, colectivos antifascistas y medios afines comenzaban a “atacar vilmente” su intimidad. Pero él no es la única víctima. También su familia y su mujer “han sufrido mucho”. Leal estaría convencido de que la campaña de acoso ha sido iniciada por un sindicato rival y la edil de Ahora Madrid Rommy Arce, conocida por -entre otras perlas- insultar a la Policía equiparando la “violencia policial” con la de la banda terrorista de ultraizquierda ETA.
Leal no dudó a la hora de tomar una decisión. “Estaba convencido de que tenía que dimitir para evitar darles la satisfacción a los enemigos de la Policía de poder seguir atacando al Cuerpo a través de su persona y deteriorar la imagen y magnífica labor que a diario desarrollan los compañeros”, relatan.
El agente, que acudió a Atocha con una bandera constitucional, está “harto”. “¿No puedo expresar libremente lo que pienso dentro del marco legal?”, se pregunta, según revela su entorno.
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