El delegado del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, ha advertido de que de la Reunión de Alto Nivel (RAN) que arranca este miércoles en Rabat pueden salir acuerdos que, de manera implícita, supongan para el Gobierno español el «reconocimiento de la soberanía» marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Los dos gobiernos aspiran a firmar una veintena de acuerdos y, en ellos, Arabi teme que se incorporen cuestiones que toquen temas «soberanos» relativos al Sáhara Occidental, una antigua colonia española para la que el Polisario reclama un referéndum de autodeterminación.
Así, el delegado ha reconocido en una entrevista a Europa Press su preocupación por posibles negociaciones relativas a los espacios aéreos y marítimo, mientras que en el ámbito cultural ha afirmado que la hipotética apertura de una sede del Instituto Cervantes en El Aaiún sería «denunciable» porque legitimaría una «ocupación ilegal».
Arabi ha afirmado que Rabat intentará «supeditar» todo lo que se firme a sus intereses políticos y, de hecho, ha señalado que las dudas sobre si finalmente habrá una reunión del rey Mohamed VI con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, son «una forma más de chantaje». Marruecos «lo utiliza habitualmente para poner la guinda» a este tipo de foros, «en función de lo que quiera conseguir», ha agregado.
El delegado ha incluido también en la lista de supuestos «chantajes» de Rabat el «uso» de los flujos migratorios, algo que a su juicio «no va a desaparecer», y ha sugerido una intencionalidad política en el retraso de las aperturas de las aduanas en Ceuta y Melilla. Es Marruecos, ha añadido, quien «elige el momento oportuno».
Arabi no espera «mucho» de una RAN «al servicio de una ocupación» y en la que toman parte dos países que «se necesitan al uno al otro». No obstante, ha vuelto a instar a Sánchez a recuperar «la postura tradicional de España como potencia administradora» del Sáhara Occidental.
En este sentido, le ha pedido que no siga «empeñado en una decisión contraria al Derecho Internacional» como la adoptada en marzo de 2022, cuando el Gobierno español catalogó el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental como la opción «más seria, realista y creíble». Un «giro radical» que, según Arabi, sirve «única y exclusivamente» a las pretensiones soberanistas de Marruecos e incumple resoluciones aprobadas en el seno de Naciones Unidas.