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«si la hacemos mal va a ser carisísima»

El presidente de Repsol advierte de que la transición energética se está haciendo «mal» y que los ciudadanos serán los que la paguen

El presidente de Repsol, Antonio Brufau (derecha). Europa Press

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, intervino este martes en el foro Líderes Responsables de la Fundación SERES ―organización formada por 150 grandes compañías―, donde ha criticado la forma en la que se está llevando a cabo la transición energética por parte de Bruselas.

Según recoge Libre Mercado, el líder de Repsol fue muy crítico con la deriva energética europea y la «transición» emprendida, guiada, a su juicio, por «las políticas» en lugar de las «decisiones técnicas» o la «tecnología».

Brufau alertó sobre los peligros de un proceso que se está haciendo «mal» y que está poniendo en riesgo a la industria. Si bien dijo que las empresas, incluyendo a Repsol, «tienen muy claro» que hay que «transitar hacia un mundo menos carbonizado», dijo que «el objetivo es muy arduo» y que «tendremos que apoyarnos en cosas que aún no conocemos».

«La ciencia, la tecnología y no la ideología van a tener que llevarnos«, afirmó, lamentando que lo científico sea tan poco respetado por los políticos, «fundamentalmente europeos». Brufau se preguntó a qué nos referimos al hablar de «transición justa» y comentó cómo las soluciones que se ponen encima de la mesa han ido cambiando con los años. Ahora parece que «el futuro del planeta pasa por el hidrógeno», cuando antes pasaba por capturar CO2.

«¿Tiene sentido esto? Apoyemos todas las formas de tecnología. Si el hidrógeno es viable, apoyémoslo, pero hagamos una hoja de ruta para que la transición energética sea razonable y justa, porque si la hacemos mal va a ser carisísima», señaló. Los ciudadanos «lo van a pagar» y «el mundo no desarrollado» lo va a sufrir, advirtió el máximo responsable de Repsol, según recoge el mismo medio.

Brufau hizo referencia a la prohibición ―implementada por Bruselas― de vender motores de combustión a partir de 2035: tras indicar que «el vehículo eléctrico tiene que llegar», Brufau recordó que España «es el segundo productor en Europa» de vehículos de combustión y cómo se está hablando de «destruir» un sector en aras «a un vehículo que no se produce aquí» y sobre el que quien es «puntera» es China.

«El debate no es tanto si vehículo eléctrico sí o no, sino qué queremos», dijo el presidente de Repsol, poniendo el ejemplo de Estados Unidos, que no ha prohibido los motores de combustión, sino que deja al ciudadano que decida lo que quiere. «Hoy el vehículo de combustión emite mucho menos en su ciclo de vida que un vehículo eléctrico«, aseguró Brufau.

Para Brufau, los vehículos eléctricos son una «solución complementaria”, no “sustitutiva». Sobre este tema, el presidente de Repsol lamentó que la actuación del Gobierno español, recordando cómo países como Alemania e Italia han defendido su industria. «En España no he oído ninguna voz que defienda la industria del automóvil», aseguró.

«Estamos metiendo un lío a la gente: animemos a la industria española, pero no centremos sólo el problema en el vehículo de combustión. ¿Cómo se genera la electricidad en Europa? Estos debates son mucho más complejos» y al «ciudadano le llega ‘cómprese un Tesla’ mientras se destruye la capacidad de producción de vehículos de combustión en España», dijo.

«El modelo europeo de regulación se basa en la defensa de lucha contra el cambio climático por encima de todo, incluso por encima de la defensa de la propia industria o del aseguramiento del suministro», señaló. «Esto nos está pasando factura, convirtiéndonos en una región que se desindustrializa poco a poco y eleva sus precios de la energía«, advirtió Brufau.

«Europa presume de reducir las emisiones: solo faltaría, nos estamos quedando sin industria, los que emiten se han ido a China; hemos puesto las emisiones debajo de la alfombra y se han ido a otro sitio donde hay muchísima menos presión medioambiental», lamentó el empresario catalán.

Bruselas «se ha equivocado» frente a estrategias como la de Estados Unidos, guiada por la ciencia y no por la ideología, con ayudas que protegen la industria nacional: «Todo esto da un marco jurídico y de previsibilidad para la industria muy claro».

Brufau calificó de «gravísima» la solución adoptada por Bruselas por la que cada país estudiará qué empresas serán más perjudicadas por las políticas medioambientales de la Ley IRA estadounidense para combatir la inflación, y a partir de ahí cada gobierno subvencionará a las empresas que tienen más riesgo de ser perjudicadas. La estrategia va dirigida a empresas de Francia y Alemania, porque ellos tienen una estructura financiera más potente que la española y que van a pagar todos los ciudadanos europeos, dijo, según recoge Libre Mercado.

El presidente de Repsol también denunció las presiones para dejar de consumir y producir combustibles fósiles, una posición en la que Bruselas se «equivoca». Tras recordar incongruencias como legislar contra la extracción de gas al tiempo que se importa gas obtenido por fracking, Brufau advirtió de que la «oferta y la demanda de combustibles fósiles va a mantenerse mucho tiempo». En quince años «va a caer un poquito, pero no mucho». «¿Tiene sentido presionar para que no se produzca» cuando «sabemos que va a ser necesario en el mundo 30 o 40 años» más?, se preguntó el directivo.

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