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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El 'procés' catalán pasa factura a Rajoy, Iglesias y los independentistas

La formación de Albert Rivera, que ganó las últimas elecciones en Cataluña, es la mejor valorada por unos votantes que también censuran la postura socialista.


El proceso soberanista en Cataluña vive días de descanso. Tras la detención de Carles Puigdemont y la entrada en prisión del resto de líderes independentistas, JxCAT y ERC tienen por delante un panorama de investidura complicado con la sombra de unas nuevas elecciones y la negativa de la CUP a aceptar un programa de transición.
En el ámbito nacional, el gran beneficiado es Ciudadanos. El partido dirigido por Albert Rivera es el mejor valorado por los españoles y supera con holgura al PP, formación con la que rivaliza para atraer el voto contra el soberanismo. Según un sondeo de Sigma Dos para El Mundo, los partidos de la izquierda, PSOE y Podemos, también sufren el castigo de los electores.
La estrategia de Mariano Rajoy en Cataluña sólo es aprobada por un 32,3% de la población, pese a que la encuesta se realizó entre el 23 y el 27 de marzo, coincidiendo con el encarcelamiento de cinco líderes soberanistas, la fuga de Marta Rovira a Suiza y la detención de Carles Puigdemont. El 53,3% de los encuestados también sentencia que Génova no ha sabido responder a los desafíos de los políticos independentistas.
Por su parte, Ciudadanos en Cataluña es el único partido que obtiene mayor porcentaje de aprobación que de suspenso. Según la muestra, su labor recibe siete puntos más de apoyo que la del PP: El 38% cree que Cs lo ha hecho mal, 15 puntos por debajo del porcentaje recibido por los ‘populares’.

Las encuestas

Las dos formaciones compiten por el voto de centro-derecha -siempre teórico- y llevan más de mes y medio de precampaña. Al fin y al cabo, las elecciones municipales y autonómicas de 2019 no están tan lejos. Rajoy ha señalado en varias ocasiones a CS como el gran enemigo a batir en una lucha que tendrá que librarse, destacó, “barrio a barrio y casa a casa”. De momento, las encuestas encumbran a Rivera. La de GAD 3 para ABC y Metroscopia para El País de mediados de enero situaron a la formación centrista como primera fuerza. El barómetro del CIS publicado a principios de febrero confirmó su crecimiento exponencial, aunque situó todavía a los de Génova 13 en primer lugar.
Rivera ha dado por paralizado -“congelado”- el pacto de investidura, mientras que el PP dice que “goza de buena salud” y añade que “lleva cumplido más del 70% entre lo hecho y lo que está en marcha”.
Pese a todo, ambos partidos están condenados a entenderse. Diversos estudios demoscópicos señalan que en un escenario sin mayorías absolutas podrían obtener en los comicios de 2019 victorias suficientes para gobernar 14 capitales de provincia que ahora mismo están en manos del PSOE o de Podemos -y de sus marcas blancas-. Entre otras, el PP podría hacerse con Madrid, Zaragoza, Valladolid y Cádiz, mientras que CS podría gobernar en Valencia y Alicante.

La izquierda, muy tocada

Para el PSOE de Pedro Sánchez, la situación no es más favorable. Sólo el 25% de los votantes socialistas apoya la gestión que ha hecho su secretario general en Cataluña. La muestra aún arroja datos más preocupantes para Ferraz: sólo el 18,4% de los españoles ve positivo el papel que han realizado los socialistas en Cataluña desde el 21-D.
No obstante, el gran perdedor en Cataluña es Podemos. Pablo Iglesias siempre se ha situado del lado de los políticos independentistas y la ambigüedad en su discurso le ha pasado factura: el 67% de los encuestados considera que la formación lo ha hecho «mal o muy mal» en la comunidad autónoma.
Entre sus votantes, Iglesias también pierde fuerza: sólo recibe el apoyo del 24,1% frente al reproche del 52,7%.

La independencia pierde fuelle

En los últimos tres años, la brecha entre los no soberanistas y los catalanes que respaldan la independencia de la región ha crecido hasta 13,1 puntos en favor de los que apuestan por la continuidad.
Las encuestas del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Cataluña muestran que un 53,9% de los catalanes están en contra de la independencia, por un 40,8% a favor. Estas muestras, que se realizan desde 2014, nunca habían alcanzado un porcentaje de negativas tan elevado.
En el barómetro de octubre de 2014, previo al referéndum ilegal del 9-N, el 45,3% de los catalanes mostraba su oposición a la independencia, frente al 45,3% que la apoyaba. La distancia era muy reducida, de tan solo 0.8 puntos.
Tras meses de zozobra política, un referéndum ilegal y una suerte de declaración unilateral de independencia, el secesionismo continúa en caída libre. En poco más de tres años la brecha entre ambas posturas ha crecido hasta alcanzar una ventaja de 13,1 puntos de los contrarios a la independencia sobre los favorables a la misma.

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